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Los 'gasparistas' piden una IU "sin sectarismos"

Demandan para la refundación una nueva fuerza política abierta, plural y amable

JUANMA ROMERO

'Una izquierda para cambiar el mundo'. Nada más y nada menos. Un plan 'muy ambicioso' y a su vez leitmotiv del Foro por la Participación Social, la asociación registrada en marzo por IU Abierta –el sector heredero de Gaspar Llamazares– y que ayer viernes organizó en el Congreso de los Diputados su primer acto público. Por la mañana, rueda de prensa. Por la tarde, dos mesas redondas con intelectuales, juristas, sindicalistas... y en presencia de más de un centenar de asistentes. 

Doble jornada, pero un único mensaje: la necesidad de que la izquierda alternativa, encarnada hoy por IU, se refunde 'sin sectarismos, con apertura, ilusión, rebeldía y propuesta'. Palabras estas de Montse Muñoz, responsable de Política Institucional de la federación y presidenta del Foro, que integran ya más de 200 personas (al 50% entre militantes y no militantes de IU, según sus números).

Fue un amago de fuego amigo, una reflexión hecha desde la 'lealtad' a Cayo Lara, el coordinador federal. Pero también un dibujo de las carencias que los gasparistas han detectado en IU, un aviso de por dónde ha de caminar la asamblea de refundación, que comienza el día 26 en Madrid. Llamazares lo expresó con igual firmeza, en alusión indirecta al PCE: 'Ninguna ideología puede monopolizar la izquierda del futuro, que tiene que acoger incluso a discursos menos articulados y ha de ser necesariamente plural'.

Muñoz apela a la construcción de una izquierda 'sin verdades absolutas'

No es el tiempo del dogma, concluyeron, sino de tejer 'espacios y puntos de encuentro' con el conjunto de la izquierda, con activistas, ecologistas, feministas, escritores, artistas y, sobre todo, con el movimiento sindical. Y no darles un plato cocinado al que se suman sin chistar. Se trata de promover una 'refundación amplísima', de 'construir todos juntos, no desde verdades absolutas, sino con objetivos compartidos', como sostuvo Muñoz, sin importar el 'carnet o la ideología concreta'. Caben desde los anticapitalistas hasta los 'socialistas desencantados' con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Esa es la idea que impregna el llamamiento-manifiesto del Foro, hecho público ayer. 

La asociación busca ayudar a esa suma de fuerzas diversas. 'No es un primer paso hacia nada', hacia la constitución de un partido, explicó la presidenta, si bien sólo sus integrantes 'decidirán su futuro'.

Más allá de la apertura, el 'giro hacia fuera, el mestizaje y la inmersión y participación de la sociedad en IU', Llamazares demandó 'un giro hacia dentro': la 'reconciliación' entre familias y que en la fuerza que nazca tras la refundación de IU, prime la 'amabilidad' y no la tensión interna. Otra crítica velada al funcionamiento de la actual dirección y a la resolución de las cuitas en varias federaciones.

El telón de fondo es la crisis, el ataque del neoliberalismo al Estado del bienestar, una situación que Inés Sabanés, líder de IU Abierta, definió como de 'excepcionalidad', que exige 'esfuerzos excepcionales' por parte de la izquierda, obligada a derribar los muros que la dividen para 'defender la democracia y lo público'. No es cuestión sólo de reflexionar, que también, sino de 'hacer política con IU y su entorno', a juicio de Llamazares. 'La izquierda debe elaborar un relato distinto al relato conservador de la crisis. Debe mostrarse disidente contra un modelo neoliberal que responsabiliza a lo público y exonera a los mercados y al capital. Debe ser una izquierda de resistencia'. 

Grandes: 'Hace falta comprender la realidad y hacer medidas asequibles, verosímiles'

Por la tarde, los intervinientes se desplazaron en una clave coincidente. Y evidenciaron hasta qué punto la izquierda está desarmada frente a una derecha de nuevo en armas: 'Los neocon han dado la vuelta a la tortilla en un año –explicó el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa–, haciéndonos creer ahora que la culpa es de los gobiernos, no del capital financiero. Han vuelto como zombis, y están ahí'. En el fondo, subyace aquello que escribió el lingüista George Lakoff en No pienses en un elefante: 'Nos han ganado la partida del discurso', por lo que urge reconstruir el mapa conceptual de la izquierda, sintetizó Berzosa.

'La izquierda está en una situación dramática'. Manuel Bonmatí, secretario de Política Internacional de UGT tampoco puso paños calientes. 'No estamos en una crisis de valores o de conceptos, sino que no ponemos en valor esos conceptos, y no los imponemos' al neoliberalismo. 

Las soluciones pasan por 'romper el silencio', 'hacer coro', como expresó el economista Juan Torres, y también 'sabotear pacíficamente, alegremente, democráticamente, hasta amorosamente' el capitalismo. Y, desde luego, 'agrupar fuerzas'. No sirve de nada una izquierda dividida, porque más que nunca conviene generar un 'contrapoder distinto', hacer política 'empoderando a la gente'. Sobran por descontado los 'dogmatismos y sectarismos', añadió Bonmatí.

Almudena Grandes siempre ha convergido con IU, y especialmente con IU Abierta. Ya en 2008 participó en una obra de diálogos con Llamazares, Al rojo vivo (A. Machado Libros), y propuso la creación de un partido al margen de la federación. Ayer contorneó ese límite, pero habló de 'refundar' la izquierda, a la que le falta 'comprender la realidad', como había subrayado Lenin. 'Le falta realismo. Hacer programas asequibles, verosímiles, medidas concretas que recojan las inquietudes de ciudadanos corrientes'. La escritora repudia una izquierda que sea sólo 'un aparato electoral'. 'Hay que empezar desde abajo, aglutinando a gente diversa, construir algo nuevo que tendrá futuro'. Perseguir, en suma, la 'ilusión', porque con el 'descrédito de la política', la única perjudicada es la izquierda, no la derecha, coligió.

Tras Grandes intervino el magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, uno de los muñidores de la alternativa de izquierdas a la Ley de Memoria Histórica, y Agustín Zamora, embajador de Nicaragua, que explicó la experiencia de América Latina. La ebullición de la izquierda de la que el Viejo Continente, señaló Llamazares, debería 'aprender'. 

En todos los círculos de IU, aunque sobrevuela la esperanza y la confianza en que reconstruir y refundar la izquierda será posible, se perciben las dificultades. Que esto no es una tarea de hoy para mañana, máxime cuando también la socialdemocracia clásica sigue desorientada. IU, que comienza el día 26 su asamblea de refundación, ha programado el fin (provisional) del proceso para 2012, cuando ya se visualice una nueva marca electoral, nuevos órganos de dirección... 

No obstante, la reinvención no culminará en 24 meses por completo. Ya lo dijo ayer Gaspar Llamazares: 'La refundación no va para corto. Será de décadas', visto el declive de la izquierda desde la época de Ronald Reagan y Margaret Thatcher y el impacto de la caída del Muro de Berlín. 'Debemos comprender la realidad y ser pacientes', apuntaló después Almudena Grandes. 

 

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