El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no va a cambiar en nada su política antiterrorista y penitenciaria. No por que no quiera, sino porque el propio Gobierno considera que, a veinte días de las elecciones, ha llegado su tiempo de descuento. 

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, compareció ante la prensa para ofrecer la versión del Gobierno tras el encuentro entre Zapatero y Urkullu. Jáuregui destacó 'la satisfacción mutua' de los dos políticos.

Pese a que Urkullu reclamó al Gobierno algo parecido a un gesto y que tome decisiones que favorezcan la reconciliación, el ministro se ciño al respeto del Gobierno por las instituciones y en ese sentido, Jáuregui dijo que 'no le toca a este Gobierno' tomar decisiones cuya legitimidad pertenece más al próximo Ejecutivo y a 'los nuevos tiempos que vienen'.

Jáuregui se mostró tajante al explicar que no habrá medida alguna antes de las elecciones por puro respeto a la legitimidad del Parlamento y del Ejecutivo que salgan de esos comicios que se celebrarán dentro de menos de un mes.

Manteniendo esa premisa, Jáuregui precisó en referencia a la petición de Urkullu de acercar a los presos enfermos, que el tratamiento específico de estos reclusos en hospitales o en su domicilio 'se viene haciendo desde hace tiempo' y no hay prevista modificación en ningún sentido.

Sobre una posible puesta en libertad de Arnaldo Otegi, Jáuregui volvió a apelar al respeto institucional: 'Eso deberán decidir los tribunales'.

Jáuregui anunció que el presidente verá antes de las elecciones también al líder de Coalición Canaria, Paulino Rivero, para concluir la legislatura con un agradecimiento a los partidos que han respaldado al Gobierno, y al lehendakari, Patxi López, para analizar la situación tras el comunicado de ETA.

No está previsto, aseguró, que reciba al líder del PP, Mariano Rajoy, aunque el contacto existe, aseguró, y la información sobre la situación es fluida y permanente.