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Un ‘gran hermano’ en el prostíbulo

Cae una red que controlaba a las 38 chicas de sus cuatro burdeles con cámaras

Ó. L. F.

Cuatro pisos burdeles. 38 chicas explotadas. Una veintena de cámaras. Y un piso en el centro de Madrid desde el que los proxenetas controlaban vía internet lo que pasaba en sus prostíbulos y, sobre todo, cuántos clientes recibía cada mujer para exigirles después la mitad de lo recaudado.

La operación Cartagena de Indias, desarrollada por el Grupo VII de la Brigada de Extranjería de Madrid el 3 de febrero y dada a conocer, ha permitido a la Policía desmantelar el primer gran hermano de la prostitución detectado en España y detener a los 11 presuntos integrantes de la red, desde sus dos jefes, a los recaudadores, telefonistas y encargadas de los burdeles.

La investigación se inició en noviembre, después de que una exintegrante de la red denunciase en un juzgado la existencia de la trama, que ofertaba los servicios de las chicas con anuncios en internet. Con los datos facilitados, la Policía localizó los burdeles, pero no el piso desde el que se controlaba estos. Finalmente, el seguimiento al recaudador permitió saber que este estaba situado en una vivienda de la calle Embajadores, de la capital.

Así, en la mañana del 3 de febrero, la Policía entraba en los prostíbulos donde eran explotadas 38 mujeres, 17 de ellas en situación irregular. Minutos antes, los agentes habían asaltado el piso donde estaban los jefes de la red, Alexander E.S., de 30 años, y su compañera Tatiane A.F., de 29, brasileños. Ambos, que también se prostituían, tenían allí tres grandes pantallas de televisión y dos monitores de ordenador desde los que controlaban los burdeles con los que recaudaban más de 6.000 euros al día.

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