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Granada prohíbe beber hasta en el botellódromo

El macrobotellón convocado por Internet y mensajes de texto hace que el alcalde José Torres intente evitar que se repitan los resultados del último:62 intoxicaciones etílicas y 200.000 kilos de residuos en la calle

PURA RAYA

Granada vivirá este fin de semana una de sus festividades más tradicionales: el día de la cruz. Pero no lo hará como hace tres años, cuando la ciudad congregó a 100.000 jóvenes, protagonistas de un macrobotellón, que se saldó con 62 intoxicaciones etílicas y dejó en la calle 200.000 kilos de residuos.

Después de que hace un mes comenzaran a circular por móviles e Internet invitaciones para repetir la jugada, el alcalde de la capital, José Torres Hurtado (PP), ha emitido un bando que prohíbe de forma expresa el consumo de alcohol en la vía pública pero también en el botellódromo, justo el espacio habilitado para beber en aplicación de la ley antibotellón, aprobada en 2006 en Andalucía.

Para el primer edil granadino, el botellón “empaña el normal desarrollo de esta fiesta popular y pone en riesgo los bienes de la ciudad”. Por ello,  ha invitado a los jóvenes a divertirse en bares, terrazas y discotecas o irse “a Los Patios de Córdoba o a la Feria de Abril de Sevilla”. Por estas últimas invitaciones, Torres Hurtado se ha visto obligado a pedir disculpas: “Se me ha malinterpretado”, añadió.

Los agentes locales, apoyados por Guardia Civil y Policía Nacional, instalarán controles de alcoholemia en las vías de entrada y salida a la capital desde el 30 de abril hasta el 3 de mayo e impondrán multas, que, según la ley autonómica, pueden oscilar entre los 100 euros y los 60.000, en casos graves.

Mientras las asociaciones de vecinos de los diferentes barrios de la ciudad piden “respeto y cordura”, entre los jóvenes se escucha de todo. Nicolás Ruiz, estudiante de Informática, no entiende que el botellódromo se cierre si se abrió para eso. “El dispositivo que se montará no funcionará. La gente vendrá de todas formas y se acabará liando”, vaticina.

En el otro lado de la moneda se encuentran jóvenes como David Álvarez, miembro de la asociación de alumnos de Química: “La iniciativa me parece acertada porque otros años la fiesta se ha traducido en destrozos y en un descontrol absoluto. Pienso que los botellones se harán en pisos porque las multas frenarán mucho”. Lo mismo opina Bárbara Ruiz, de la asociación de alumnos de Educación Física. “La gente cumplirá con lo estipulado. La pena es que ya será difícil devolver al día de la cruz su carácter más tradicional”, dice. Tal ha sido el revuelo que hasta el Ayuntamiento de Motril (PP) estudia la posibilidad de ofrecer la plaza de toros para el botellón.

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