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Griñán defiende ante Arenas la salud financiera de Andalucía

Los candidatos enfilan el 25-M con un duro debate sobre déficit y corrupción

ÁNGEL MUNÁRRIZ

Saltaron chispas hoy entre José Antonio Griñán y Javier Arenas. El presidente de la Junta de Andalucía y el candidato del PP mantuvieron un debate áspero y jugoso centrado en la solvencia de las cuentas andaluzas y en la corrupción y trufado de alusiones personales, dardos y acusaciones gruesas que auguran una intensa campaña hasta el 25 de marzo, cuando los andaluces decidirán si un PP ya casi hegemónico conquista también el último gran fortín socialista.

El pleno extraordinario, convocado a propuesta de Griñán a modo de balance de una legislatura que concluye el lunes, se celebró marcado por las dudas expuestas por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría sobre la solvencia de la Junta, de la que el propio Arenas escribió en Twitter el martes que ha sido llevada a la 'suspensión de pagos'. El presidente acusó a los parlamentarios del PP de 'vagos' por desconocer los datos públicos de la Oficina de Control Presupuestario, que desmienten esa insolvencia, o en caso contrario de 'mentir'. E insistió con datos oficiales en que la situación andaluza es mejor que la de la media de las comunidades españolas.

Griñán salió en defensa de la salud financiera de la Junta desde su intervención inicial, en la que, a la par que reivindicaba su proyecto socialdemócrata, admitió no haber podido 'ganar la batalla al desempleo'. El primero en ofrecerle réplica fue Diego Valderas, líder y candidato de IU, que le pidió claridad sobre las cuentas y explicaciones sobre el escándalo de los ERE. Al margen de que el feeling entre Valderas y Griñán nunca ha sido excesivo, ahora las diferencias políticas entre ambos personajes están a flor de piel, como evidenció este intercambio. 'Usted prefiere que gobierne la derecha a que crezca la izquierda', afirmó Valderas. Y Griñán replicó, refiriéndose a Extremadura: 'No den lecciones. Ustedes quieren crecer para después apoyar a un Gobierno de derechas'.

Luego llegó el turno de Arenas, que afronta su cuarto intento como candidato con todas las encuestas a favor. Frente a la Andalucía bien encaminada y moderna que describió Griñán, Arenas puso el foco en el paro desbocado y los ERE. En cuanto a las cuentas públicas, planteó a Griñán sus dudas sobre el cumplimiento del objetivo del déficit (1,3%) y cifró la deuda en 25.000 millones. En su primera réplica, Griñán, que en su intervención inicial ya había censurado la 'deslealtad' del Gobierno y del PP, afeó a Arenas su alusión a la 'suspensión de pagos' en Twitter, aunque dejó caer con malicia que podría haber sido escrita por algún colaborador y no por él mismo. En cuanto a los ERE, defendió la respuesta de la Junta en comparación con la del PP ante la corrupción. En el segundo intercambio de intervenciones, Arenas reclamó a Griñán concreción sobre los datos económicos, que finalmente obtuvo. El presidente afirmó que los 25.000 millones de deuda que mantiene Arenas son 'un dato falso' y la cifró en 14.300. En cuanto al déficit, Griñán admitió que al cierre de 2011 estará 'seguramente' por encima del 1,4% y 'en la media' de las comunidades.

Arenas y Griñán entraron en varios rifirrafes más o menos anecdóticos y en varias referencias más o menos personales. 'Cada uno tiene su hoja de servicios. Usted conoce la mía; yo desde luego conozco la suya', dejó caer Griñán, una frase que resume una rivalidad que viene de lejos. Entre otros pullazos, el líder del PP le soltó a Griñán que había sido poco 'agradecido' con su antecesor, Manuel Chaves, al que el presidente no aludió ni una sola vez en un pleno que hacía balance de una legislatura que comenzó con el propio Chaves como presidente.

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