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Un guiño a Chacón, que jugaba en casa

Los dos dirigentes escenifican que tienen un objetivo común

J. M.

Estaba en primera fila, cerca de Rubalcaba, y todas las cámaras buscaron esa imagen. Y ella sonrió. La ministra de Defensa, Carme Chacón, jugaba ayer en casa y se esmeró. Los socialistas catalanes cedieron todo el protagonismo a Rubalcaba, que al fin y al cabo es el que necesitará los votos si quiere plantar cara a Mariano Rajoy. Pero el encuentro de ayer se desarrolló como si no hubiera pasado nada. Como si Chacón jamás hubiera deseado suceder a José Luis Rodríguez Zapatero en la presidencia del Gobierno. La de ayer fue la primera cita en la que los dos dirigentes socialistas se encontraron públicamente después de la pugna por la sucesión del cargo. Los dos políticos ya se habían visto horas antes, sin cámaras ni militantes, en una reunión entre Rubalcaba y la dirección del PSC. No hubo declaraciones sobre cómo fue el encuentro, pero nada hace pensar que hubo tensión. Los actores socialistas interpretaron a la perfección el papel del objetivo común y aquí no ha pasado nada. El único gesto en público entre los dos mandatarios lo hizo Rubalcaba, poco después de empezar su discurso, cuando aún tenía que romper el hielo. El candidato alabó la militancia política de Carme Chacón y recordó que en los años ochenta, mientras él era secretario de Educación, ella ya se manifestaba en la universidad. Los cerca de 700 asistentes entendieron el guiño de Rubalcaba y se rieron para agradecerle el gesto. Ningún militante quiso preguntar sobre la renuncia de Chacón a las primarias.

Los asistentes consultados no percibieron tensión y centraron todos sus sentidos en conocer a Rubalcaba, escucharle, ponerle a prueba y juzgar si puede ser un buen candidato para vencer a Rajoy y, sobretodo, para defender los intereses de los socialistas catalanes. La mayoría salieron contentos. Uno de ellos, Rafael, fue de los primeros en abandonar la sala. Salió 'encantado', explicó a los periodistas que esperaban, y definió a Rubalcaba como 'la única persona decente que he visto en este país. Y me refiero a España'. Rafael valoró que el candidato había dicho no tener respuesta sobre el encaje de Catalunya dentro de España. El histórico activista gay Jordi Petit, también salió contento. Aseguró que el candidato logró 'inyectar energía y transmitir confianza al partido' y que fue capaz de 'salirse bien' de todos los problemas que los militantes pusieron sobre la mesa. 'Se ha puesto a todo el mundo en el bolsillo', dijo. Otro militante en cambio, criticó que Rubalcaba no dijera que es necesario cambiar la Constitución para introducir el federalismo, que es el mejor encaje que muchos socialistas catalanes defienden.

A pesar de las críticas, de las opiniones de los asistentes se puede concluir que Rubalcaba sedujo a los militantes catalanes. Chacón, en su papel, ni siquiera tomó la palabra.

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