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¿Pero hay algo que celebrar?

Latinoamérica busca otro significado para la fiesta de la Hispanidad

ANA DELICADO

Han pasado 518 años desde que Cristóbal Colón llegara un 12 de octubre a las costas de la isla de Guanahani, en el archipiélago de las Antillas, pero el mal llamado descubrimiento de América sigue sin ser en este continente un motivo de alborozo para gran parte de sus habitantes.

De entrada, ninguno de los países de habla hispana de esta región denomina al 12 de octubre Día de la Hispanidad. Está difundido el nombre de Día de la Raza también muy criticado en países como Colombia, Ecuador y México. En Costa Rica se le llama, en cambio, Día de las Culturas; en Chile, Día del Descubrimiento de dos Mundos; en Venezuela, Día de la Resistencia Indígena y en Argentina, su presidenta, Cristina Fernández, ha enviado un proyecto al Congreso para que sea conocido como Día de la Diversidad Cultural.

El ansia de encontrar el nombre justo para una fecha tan controvertida obedece a la necesidad de buscar una identidad propia, ahora que este aniversario ya no se celebra por simple inercia al compás de la festividad española que recuerda el desembarco de Cristóbal Colón en el continente americano.

Más allá de los nombres, han surgido algunas propuestas parlamentarias para derogar la celebración. Así lo intentaron el año pasado dos senadores del Partido Socialista en Chile, que propusieron declarar festivo el 24 de junio, año nuevo para muchos pueblos aborígenes, entre ellos los mapuches, que conocen esta fecha como We Tripantu, el año nuevo indígena.

Los colectivos indígenas son los más reacios a festejar esta fecha

La iniciativa no prosperó, pero en septiembre de este año el senador Jaime Quintana, del Partido por la Democracia, volvió a tramitar un proyecto similar. No se trata de unareacción en contra de España, sino de rescatar, argumentó Quintana, 'nuestra propia identidad, ya que nos guste o no, la gran mayoría de los chilenos somos mestizos'.

Fue también en Chile donde 7.000 personas se manifestaron el lunes, día al que se trasladó la fiesta, para apoyar al pueblo mapuche en sus reivindicaciones sobre las tierras del sur del país y la libertad de sus presos políticos.

Al fin y al cabo, son las comunidades indígenas de los países latinoamericanos las que rechazan con más fuerza la idea de festejar la llegada de Colón al continente. Reclaman sobre todo el fin de la exclusión de sus pueblos y abogan por que se reconozca con pleno derecho su cultura y sus costumbres en sociedades que tienden a olvidarse de su origen mestizo.

Habrá quien argumente que el problema ya no es el pasado, sino el presente, pero el 12 de octubre se recuerda como el día en el que comenzó el sinfín de atropellos que todavía padecen los indígenas. 'Esta jornada es sinónimo de luto por cuanto recuerda el avasallamiento realizado por la Corona española a sus vidas, su cultura, sus bienes, sus posesiones y su futuro', indica Rubén Ifrán, presidente de la organización argentina Latido Americano.

En cambio, hay quienes ni aplauden ante este aniversario, ni lo repudian. América Latina ha sido un continente cuya historia se ha forjado desde el siglo XV a la sombra de las naciones europeas, pero ahora quiere embarcarse en su propio proceso de independencia. Por eso se pide prudencia, sin necesidad de proclamar conclusiones maniqueístas para este día. Como diría el cantautor panameño Rubén Blades, 'conmemoro sin celebrar'.

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