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"Hay una persecución contra la gente de izquierdas"

La ultraderecha boicoteó la presentación del libro de Vicent Flor sobre el anticatalanismo en Valencia

BELÉN TOLEDO

Vicent Flor (Valencia, 1971) presentó el martes su primer libro, Noves Glòries a Espa-nya, una reflexión sobre el anticatalanismo en la sociedad valenciana. El acto fue boicoteado por decenas de personas que se habían sentado entre el público. Eran miembros de la ultraderecha valenciana, que mostraron su desacuerdo con el texto a través de insultos. Según varios testigos, entre ellos la diputada de Compromís Mònica Oltra, rompieron libros y lanzaron sillas. Hubo tres heridos leves. Oltra acusó ayer a la Delegación del Gobierno de actuar con tibieza por la escasez de detenciones. La Delegación emitió un comunicado en el que afirmó que hubo un detenido, cinco imputados y nueve multados. Algunos participantes en el altercado eran miembros del partido ultra España 2000, que aclaró que no convocó la protesta, pero opinó que 'el sentir general es que quien va a provocar sale escaldado'.

¿Son habituales los actos violentos de la ultraderecha?

Desgraciadamente son más frecuentes de lo que debería. Hay que recordar que hubo un atentado el 9 de octubre de 2008 en la sede del Bloc con metralla; un artefacto casero explotó en la de Esquerra Republicana del País Valencià, amenazas... Y todo se ha saldado con cero detenidos.

¿Por qué esta impunidad?

La Delegación del Gobierno debería reflexionar al respecto. Por lo sucedido ayer [por el martes], muchos no tienen ni siquiera multas. Tú y yo vamos a un establecimiento, rompemos o robamos algo, y nos denuncian o detienen. Estos señores lanzaron sillas, nos amenazaron. Y eso no tuvo más consecuencias que una detención. Parece que la violencia de extrema derecha no fuera una prioridad. Y merecería que las Fuerzas de Seguridad pusieran más empeño.

¿Por qué cree que, como afirma, no es así?

Creo que ha habido cierta connivencia entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y la ultraderecha. En el sentido de que tradicionalmente se les ha considerado radicales, es cierto, pero no tan peligrosos porque no cuestionan la unidad del Estado. Aquí hay una persecución contra gente valencianista y de izquierdas, y esto es lo que no se puede sostener. Si fuera al revés, se montaría un escándalo mayúsculo.

La ultraderecha defiende que catalán y valenciano no son la misma lengua.

Es una creencia extendida entre las clases sin formación, pero todas las universidades sostienen que es la misma lengua. En el fondo, quien defiende el secesionismo lingüístico lo que quiere evitar es que castellano y valenciano estén en pie de igualdad. Defender los lazos lingüísticos con Catalunya haría más fuerte la lengua, igual que quienes defienden el castellano defienden la unidad lingüística con Suramérica. El secesionismo lingüístico amenaza la supervivencia del valenciano.

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