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Ignacio Uriarte: Un escaño sin resaca

Condenado por conducir borracho. Número siete en la lista del PP por Valencia, Ignacio Uriarte fue condenado en enero de este año a ocho meses de retirada de carnet por conducir ebrio. Políticamente, el expresidente de Nuevas Gen

ALICIA GUTIÉRREZ

La madrugada del 19 de febrero de 2010, Ignacio Uriarte Ayala, entonces presidente de Nuevas Generaciones del PP y diputado, embistió a otro coche que esperaba ante un semáforo en rojo. Un año más tarde, el 17 de enero de 2011, el Supremo le condenó a una multa y ocho meses de retirada del carnet con una sentencia que literalmente expone cómo los reflejos del diputado y su capacidad de atención se habían visto 'sensiblemente disminuidos' a causa de la bebida. Tasa detectada, 0,55 gramos de alcohol en sangre. El 20 de noviembre, y a despecho de la condena, Uriarte renovará su escaño como número siete del PP por Valencia. El poder también emborracha.

Que Uriarte fuera miembro de la comisión de seguridad vial del Congreso y de la destinada a estudiar 'el problema de las drogas' fue secundario para el PP. Dimitió de la primera y en paz, lo cual denota que su partido observa la conducción temeraria como un pecado venial que ni merece la resaca de perder el escaño. De hecho, el PP lleva en la lista de Murcia otro candidato -Arsenio Pacheco- investigado judicialmente por lo mismo.

A Uriarte no se le conocen veleidades aznaristas. Pero, teniendo en cuenta que las palabras del expresidente son como los versículos de una Biblia conservadora no escrita, se comprende que conducir ebrio le parezca una tontería al diputado. En 2007, cuando el Gobierno arreció en su campaña contra el alcohol en las carreteras, Aznar lanzó un alegato a favor de la libertad... para beber. 'Déjame que beba tranquilamente, no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás', dijo entonces, tras recoger una medalla otorgada por vinateros. El 'prohibicionismo' del PSOE, concluyó en su proclama liberal, resulta insoportable.

Con ese precedente, no debería extrañar que, en pleno cumplimiento de condena, Uriarte criticara la reducción temporal del límite de velocidad. 'Es -dijo en marzo- una improvisación más del Gobierno y hubiera tenido más sentido presentar un plan de ahorro energético en el cual se incluyeran más medidas'.

Y fue aquí donde Uriarte dio una voltereta argumental muy apreciada sin duda por cierta inteligencia conservadora: 'Sigue habiendo parches y siguen siendo excusas para no abrir el gran debate de la energía nuclear, ya que la idiosincrasia del socialismo de estos años les impide tratarlo con seriedad'. O sea, que si la Guardia Civil le pilla a usted con varias copas al volante, háblele de protones o neutrones y sople en el alcoholímetro pensando en Fukushima. Quizá le quiten el carnet, pero lo mismo se gana un escaño. Como Uriarte.

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