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El juez ordena dos nuevas autopsias en el caso de Olot

El celador del geriátrico reconoció el asesinato de las dos internas

ELISABET ESCRICHE

El juez ordenó ayer exhumar los cuerpos de las dos ancianas que el celador del geriátrico La Caritat, Joan Vila, confesó haber matado durante 2009. El juez quiere que una autopsia verifique si la declaración del cuidador es cierta. Son las dos únicas víctimas, de las 11 que declaró haber asesinado Vila el pasado martes, a quien aún no se les había practicado la necropsia. Se trata de Rosa Baburés y Francisca Matilde, que fallecieron el 29 de agosto y el 19 de octubre, respectivamente.

Según el celador, la primera murió después de ingerir una mezcla de sedantes y la segunda por una sobredosis de insulina. La exhumación se realizará esta mañana en el cementerio de Olot y los restos serán trasladados al Instituto Legal de Girona. El magistrado está a la espera de los resultados de las autopsias de ocho cuerpos exhumados el 23 de noviembre. El celador afirma que asesinó a seis de esos internos.

El juez también ordenó ayer que el cuidador se someta a un examen psicológico y psiquiátrico para determinar si sufre un trastorno de personalidad, como ha intentado demostrar en sus dos declaraciones.

Aunque Vila sostiene que mató a los ancianos para que no sufrieran, fuentes próximas al caso aseguran que las tres últimas víctimas asesinadas con líquido corrosivo agonizaron durante horas. Paquita Gironès, con quien se destaparon los hechos, sufrió más de nueve horas antes de morir. Más grave fue el caso de Montserrat Guillamet, que ingresó en el hospital Sant Jaume y durante la hora y media que siguió con vida el médico que la atendió no detectó que se le había suministrado lejía y certificó su muerte por causas naturales. Sabina Masllorens estuvo más de dos horas vomitando sangre en un recipiente sujetado por el propio Vila.

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