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Los socialistas madrileños buscan un nuevo liderazgo

Más de 15.000 militantes elegirán hoy entre Sara Hernández y Juan Segovia. La alcaldesa de Getafe parte como favorita, pero se espera una votación muy ajustada y una baja participación. El resultado tendrá repercusiones en Ferraz de cara a los equilibrios orgánicos.

Sara Hernández y Juan Segovia pugnan por la Secretaría General del PSM.

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- El siempre convulso Partido Socialista de Madrid (PSM) elegirá hoy un nuevo liderazgo con el que esperan salir de décadas de enfrentamientos, desgaste interno, pérdida de militancia y de electorado.

Más de 15.000 militantes optarán entre la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández; y el diputado en la Asamblea de Madrid, Juan Segovia; en una votación que se antoja muy ajustada, aunque las quinielas siguen dando como ganadora a Hernández. Y es que, por la fecha elegida, todo apunta a una baja participación que hace más impredecible el resultado.

La campaña se ha desarrollado en unos términos bastante correctos comparados con otros enfrentamientos anteriores, aunque Segovia elevó el tono en el único debate que ha habido entre ambos candidatos, acusando a su adversaria, entre otras cosas, de ser la candidata “oficialista”, es decir, la que ha puesto Ferraz.

El equipo de la alcaldesa lo niega y, por el contrario, contraataca con que Segovia se ha rodeado de todos “los resentidos” con Pedro Sánchez, lo haya hecho intencionadamente o no.

No obstante, ambos mantienen todavía que, pase lo que pase este domingo, habrá unidad interna. Y, como ambos declararon a Público, el ganador o ganadora promete integrar al que sea derrotado en los órganos de dirección del PSM. Pero eso aún habrá que verlo en el Congreso Extraordinario del próximo fin de semana donde se elegirá a la nueva Ejecutiva.

Hernández cuenta con el apoyo de los grandes alcaldes de Madrid y de muchas de las grandes agrupaciones, pero Segovia ha logrado el respaldo de mucha gente de peso en el PSM que siguen siendo referentes entre el socialismo madrileño, como Juan Barranco o Matilde Fernández. También tiene a los aún fieles de Tomás Goméz –el anterior secretario general- y, además, ha obtenido el aval de Felipe González o los respaldos explícitos de José Luis Rodríguez Zapatero o Eduardo Madina.

Lo cierto es que ambos dirigentes durante toda la campaña han mostrado un talante diferente a las guerras intestinas habituales en el PSM y ambos prometen un cambio y una renovación completa en una federación que, en su día, fue todo un peso específico en el PSOE y que lleva años languideciendo.

La mejor prueba de dicho deterioro es que sólo cuenta con poco más de 15.000 afiliados , con una media de edad muy alta, dentro de una población potencial de casi siete millones de personas. Hernández recuerda habitualmente que sólo la UGT en Madrid tiene 100.000 afiliaciones. Y esa es una tarea que se han propuesto impulsar ambas candidaturas.
También las dos candidaturas coinciden en respetar y poner por encima de todo el liderazgo de Ángel Gabilondo. El “viejo profesor” se ha convertido en un tótem para el socialismo madrileño, y de la boca de Hernández y de Segovia sólo salen elogios hacia su figura.

Pero lo que pase hoy también tendrá repercusiones en Ferraz, aunque ambas candidaturas hayan huido todo el tiempo de estas lecturas. Nadie duda de que Sánchez se sentirá más cómodo con Sara Hernández como nueva “baronesa”, sobre todo, porque la dirección del partido tampoco es ajena al “plantel” de apoyos que ha recogido Segovia.

Además, para Ferraz sería la culminación de la operación política interna más arriesgada que ha realizado desde que Pedro Sánchez está al frente del partido, como fue fulminar a Tomás Gómez a pocos meses de las elecciones, crear una gestora en el PSM y, ahora, meterse en unas primarias, como poco, inciertas.

En Ferraz tampoco asusta Juan Segovia en el caso de que diera hoy la sorpresa, y es bien visto con un líder emergente. Aunque, con ironía, un dirigente de la Ejecutiva comenta, “lo peor son las compañías que tiene”.

No obstante, las primarias de hoy se podría decir que es sólo el partido de ida. En siete meses debe haber un Congreso ordinario –salvo que Ferraz lo impida, lo que no está en sus planes inicialmente-, y los socialistas madrileños deberán decidir entonces si consolidan el liderazgo que hoy surja de las urnas y se dotan de un proyecto político atractivo y de un nuevo funcionamiento interno… o vuelven a las andadas.

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