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La 'mami' que explotaba a su propia hermana

Cae una red de proxenetas que amenazaba a las chicas con vudú y palizas

Ó. L. F.

Madre Mustafá llegó hace años a España desde Nigeria. Vino engañada con una oferta de trabajo que no existía y acabó ejerciendo a la fuerza la prostitución. Cuando pagó su deuda con la mafia que la explotaba, fue ella la que supuestamente se dedicó a traer chicas desde el país africano con la falsa promesa de un trabajo en una peluquería o un supermercado. A todas las terminaba obligando a hacer la calle hasta que le abonaban los 50.000 euros que les decía había costado su viaje a Europa.

Su negocio se ha acabado ahora tras ser detenida en Barcelona en el transcurso de la operación Cruz, dada a conocer ayer por la Policía. Una investigación de la Unidad Central contra las Redes de Inmigración (UCRIF) que ha permitido descubrir que entre las chicas que Madre Mustafá explotaba sexualmente se encontraba su propia hermana.

A ella y a las otras jóvenes, todas ellas nigerianas, las obligaba a entregar todo el dinero que recaudaban ejerciendo la prostitución. Incluso las cacheaba cuando llegaban a casa para cerciorarse de que no escondían ningún billete. Las chicas no se resistían. Ritos de vudú, amenazas y palizas las mantenían sometidas. Además, debían pagarle 400 euros al mes por una habitación en la que convivían varias, 50 euros más a la semana por la comida y, si no cumplían los plazos de entrega de la deuda, multas de hasta 1.000 euros.

La investigación que permitió desmantelar su red y la de otra mami de Barcelona, también nigeriana y apodada Cinthya, se inició el pasado verano después de que una de las jóvenes explotadas denunciase a la Policía el régimen de terror que sufría. A partir de ese momento, la Policía investigó a ambas proxenetas y todo lo que se movía alrededor: falsificadores de documentación, traficantes, personas que preparaban matrimonios blancos para que pudieran regularizar su situación en España, estafadores de internet... El pasado 20 de enero, los agentes detuvieron a 17 de ellos en seis ciudades. Madre Mustafá aún tenía los fetiches de vudú con los que dominaba a sus chicas. A su propia hermana también.

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