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Mariano, ¿qué hay de lo mío?

El debate sobre las listas, que Rajoy guarda en secreto, acapara los corrillos de los cargos conservadores

YOLANDA GONZÁLEZ/MARÍA JESÚS GUEMES

El PP ha convertido la cita de este fin de semana en Málaga en la mejor ocasión de ver y dejarse ver. En una especie de escaparate en el que cada uno intenta trasladar lo mejor de sí mismo. Las listas no están todavía configuradas al completo. Sólo se conocen oficialmente los números uno al Congreso de los Diputados y alguna incorporación concreta, como la de Marcelino Oreja, hijo del exministro de Exteriores, como dos por Araba. Por eso, más de uno no pudo disimular el nerviosismo en su rostro. Otros, lo llevaban con más sentido del humor. “Mariano, ¿qué hay de lo mío?”, era la frase con la que bromeaban.

Todos los flashes, sin embargo, se concentraban en la figura de Alberto Ruiz-Gallardón. El alcalde de Madrid no logró ir en las listas al Congreso de los Diputados en las pasadas generales. Un órdago de la presidenta de la Comunidad de Madrid a Mariano Rajoy exigiendo lo mismo, un asiento en la Cámara, hizo que ambos se quedaran donde estaban.

Ahora, el escenario ha cambiado. El líder de la oposición tiene más fuerza interna que nunca y parece que esta sí va a ser la baza del regidor municipal más endeudado de España.Todo el mundo habla de que puede estar entre los cinco primeros puestos de las listas por Madrid. Mientras, él calla, se deja querer y fotografiar. Ni siquiera las que le sitúan en un futuro Gobierno conservador. A él, y a su mano derecha, Manuel Cobo.

Todo el PP piensa que Gallardón puede ir en los cinco primeros puestos de la lista de Madrid

Ayer, mientras el regidor hablaba sobre la necesidad de reorganizar las administraciones para hacerlas más eficientes, Esperanza Aguirre se paseaba por los stands de la convención. Su turno llegó por la tarde. Y dado que el asunto Gallardón es trending topic en esta cita, no pudo evitar dirigirse hacia el escenario mientras se le preguntaba por el futuro de su eterno rival. Cuentan en su equipo que lo que realmente ansía el alcalde es ser ministro. Moraleja: que no le hace falta ir en las candidaturas. No obstante, el PP de Madrid sabe que en esta ocasión no están en situación de vetar a nadie.

Durante su intervención, Aguirre sorprendió. No por el contenido de su discurso, sino por realizar el más ortodoxo que se le recuerda en los últimos tiempos. “Madrid necesita lo mismo que necesitan todos los españoles: que se vayan los socialistas y que llegue un Gobierno del Partido Popular. Un Gobierno transparente, austero y valiente. Como va a ser el de Mariano Rajoy. Un Gobierno que sepa ser generoso. Es la hora de la recuperación del espíritu de la concordia”.Atrás quedan los enfrentamientos del Congreso de Valencia de 2008.

En la elaboración de las listas hay un gran secretismo. De hecho, algunos de los números uno que fueron anunciados el pasado miércoles no se enteraron de sus destinos hasta pocas horas antes de que el comité ejecutivo nacional los aprobara.Cuando se cierre el problema de las listas se abrirá el del programa. En el que habrá que ver si se le hace un guiño al Movimiento 15-M, algo que rechaza el PP desde el primer día. El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, que presume de tener mucha mano izquierda, dijo ayer que los verdaderos indignados son “los cinco millones de parados”. “Ellos están en paro pero no se manifiestan en tiendas de campaña, sino en silencio, metiendo los dientes”, resaltó. Monago fue uno de los barones autonómicos que más pasión echó a su discurso. Compitiendo en tono de voz con Monago aterrizó el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que animó a Rajoy a que abandere un autonomismo “útil y leal” con España.

Aguirre realizó uno de los discursos más ortodoxos y defendió un Gobierno de Rajoy

Por su parte, el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, subió a la tribuna para proclamar que el PP no va “a permitir que los que han gobernado y nos han arruinado hagan como si la cosa no fuera con ellos”. En la primera convención sin Francisco Camps, su sucesor, Alberto Fabra, se afanó en asegurar que el PP valenciano “sigue siendo el mismo”.

Por los pasillos también se hablaba de ETA, después de que el día anterior José María Aznar introdujera el tema en campaña, cuando los conservadores trataban de evitarlo. La primera en hacer una referencia a ello fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, zanjando la cuestión diciendo que en “la lucha por la libertad y la democracia tiene que haber vencedores y vencidos”. Después de su intervención distribuyeron una copia de su discurso. En este figuraba un párrafo que ella no leyó u olvidó. En él daba las gracias a sus compañeros en el País Vasco por haber conseguido que “no gobierne un partido nacionalista”. Acto seguido ponía: “Aunque ahora quien gobierna esté coqueteando con quien no debiera”.

La portavoz del Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, pronunció todas las palabras: “El final de ETA se tiene que escribir desde la democracia no permitiendo que los que utilizan las armas se codeen en el Parlamento con los que sólo usamos la política”. Además cargó contra el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba con una ocurrencia: “Debería dedicarse menos al dóberman y más al galgo. Se ha equivocado de perro.”

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