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"Me prostituyó, me golpeó y me forzó a abortar"

Una joven relata ante el tribunal cómo la explotó la red de 'Cabeza de cerdo'

Ó. LÓPEZ-FONSECA

Cuando fue prostituida, a finales de 2000, Andrea tenía sólo 17 años. Este martes, 12 años después, el relato que esta joven rumana realizó ante un tribunal con un hilo de voz apenas audible sonó como un grito contra las mafias de explotación sexual. La muchacha aseguró que el único acusado que se sentaba en el banquillo, Ioan Clamparu, más conocido como Cabeza de Cerdo y considerado por la Policía como el mayor proxeneta de Europa, le obligó a prostituirse, la agredió y le forzó a abortar.

En el juicio que se inició este martes en la Audiencia de Madrid, la Fiscalía pide, por ello y por explotar a otras cuatro mujeres, 28 años de cárcel para este rumano que se entregó a la Policía el pasado septiembre tras permanecer una década en busca y captura.

La joven, que declaró como testigo protegido tras un biombo, detalló ante los magistrados con la voz entrecortada que aquel año un conocido contactó con ella en su Rumanía natal y le ofreció viajar a España para trabajar de 'camarera'. Ella, que estaba embarazada y temía la reacción de su familia, aceptó la oferta. Poco después viajaba a Madrid gracias a un pasaporte falso facilitado supuestamente por la red en la que aparecía como mayor de edad. Al llegar a España, fue alojada en un piso junto a otras jóvenes y al día siguiente llevada a la Casa de Campo a prostituirse. 'No me quedó otra', aseguró.

A la mañana siguiente, Andrea recibió la visita en el piso del propio Clamparu. 'Me dio un puñetazo cuando le dije que no había venido a eso [prostituirse]'. El proxeneta supuestamente le espetó que 'o hacía lo que decía o me mataba a mi y mi familia'. La entonces menor comenzó a partir de ese momento a prostituirse de diez de la noche a cinco de la madrugada en el parque madrileño. Llegaba a recaudar 600 euros diarios, que debía entregar a la red para pagar la deuda que había adquirido en el viaje a España.

Durante dos semanas y media, Andrea se prostituyó 'sin posibilidad de escapar', hasta que informó a la red de que estaba embarazada. Según su relato, Clamparu la obligó entonces a abortar. El 7 de noviembre de aquel año, interrumpió su embarazo en una clínica madrileña, a la que acudió custodiada por dos miembros de la banda. Poco después, tuvo que prostituirse de nuevo tras ser obligada a introducir algodón en su vagina para ocultar las hemorragias. Ahora, 12 años después, no reclama una indemnización: 'Me conformo con que vaya a la cárcel'.

El dramático testimonio de Andrea fue respaldado ante el tribunal por Madalina, otra víctima de la red. Esta aseguró que Cabeza de cerdo 'era el jefe de todo' y que llegó a controlar 'a más de cien chicas en la Casa de Campo'. Su suplicio duró tres meses, hasta que consiguió escapar. Varios de los policías que investigaron la red confirmaron las palabras de ambas: 'Recibían auténticas palizas'. Tres mujeres más, sin embargo, no se presentaron al juicio.

Clamparu, que se negó a declarar, permaneció durante toda la sesión del juicio en el banquillo con la mirada fija en el suelo. Su abogado, antes de comenzar la vista, se había limitado a decir que Cabeza de cerdo era víctima de una 'persecución política' por parte de las autoridades de Bucarest.

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