La Mezquita-Catedral de Córdoba abre a partir de hoy al público en visitas nocturnas. Y lo hace, eso sí, siendo mucho más catedral que mezquita, dado el control que sobre los contenidos de la visita ha exigido la Iglesia. La iniciativa nace rodeada de controversia. Acondicionar el templo para las visitas nocturas, que incluyen un espectáculo audiovisual, ha supuesto una inversión de 1,2 millones de euros del ayuntamiento y los empresarios del turismo. Pero será el Cabildo Catedralicio, titular del edificio, el que gestione los ingresos por la venta de entradas, de 18 euros para adultos.

Sólo un 16% del dinero escapará de las manos de los curas, que se harán cargo del mantenimiento. No es el único éxito del Cabildo, que ha impuesto todas sus exigencias durante los años de negociaciones previas a la ampliación de los aprovechamientos turísticos del templo.

Su principal triunfo es que ha impuesto completamente su visión en el plano didáctico de la visita, que nace con el nombre de El alma de Córdoba. El vídeo que precede al paseo guiado incide en el carácter cristiano y occidental del templo, en rigor, una catedral en el interior de una de las mezquitas más grandes del mundo. Como dijo el anterior obispo de Córdoba, la Iglesia jamás permitiría proyectar 'caballeros árabes ni músicas extrañas'. 'Vamos a visitar la catedral de Córdoba, no una mezquita', explica a Público Manuel Montilla, miembro de la comisión del Cabildo para esta actividad. No obstante, cree que 'se ha logrado un equilibrio'.

Habrá ocho pases a la semana para visitar el templo. Cada pase admite 80 personas. La primera visita fue ayer, con la presencia de los príncipes de Asturias. El recorrido arranca en el Patio de los Naranjos con una proyección audiovisual y sigue por el interior con audioguía.