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Miguel Montes vuelve a prisión para ayudar a otros reclusos

Asiste a presos 'que no tienen a nadie' y que contactan con él a través de su página web. Financia sus viajes a las cárceles con parte de los beneficios de la asociación del rastro de Granada, que lidera su h

JUAN JOSÉ TÉLLEZ

Miguel Montes Neiro, el que fuera considerado el preso con más años de cumplimiento de España, ha vivido en sus propias carnes una cadena perpetua con otro nombre. Ahora, se dedica a ayudar a reclusos que no tienen apoyo alguno para reivindicar sus propias demandas. Su hermana Isabel lidera la asociación del rastro de Granada, que respalda sus desplazamientos, desde Sevilla I a Topas en Salamanca.

'Mi hermana ha hecho una asociación con varias áreas y, en el área de ayudarle a las personas presas desahuciadas, ahí estoy. A quien tiene un abogado o unos familiares que le pueden ayudar, de poco le sirvo yo. Pero a las personas que no tienen a nadie, que no tienen familia, que no les dan permiso porque no tiene donde ir a disfrutarlo, al que está herido y no lo curan por las malas acciones que pueda haber allí dentro, ahí estoy yo. Sea donde sea. Varias personas han recurrido a mí y ¿cómo no brindarme a ellas? Es casi una obligación. Me encuentro muy feliz pudiendo ayudarles en lo que pueda. Aquí fuera, de batallas conozco poco, pero allí dentro conozco casi todo por desgracia. Cuando sé que tiene arreglo lo que denuncian, voy a intentar que se arregle', asegura.

'El chico ese de Salamanca, Carlos Jurado, tiene un pie partido desde hace cuatro años y medio. Es una locura solamente imaginarlo. Allí fui y se prestaron a echar una mano todos los directivos. En principio pusieron algo de pegas, pero ya se ha solucionado el problema y hay un cirujano encargado de reconstruirle el hueso. Ya está arreglado. Y Caramel Guillén, el chico este de Sevilla, con cirrosis hepática, que le quedan cuatro días, seis meses o un año de vida, está roto también, con una madre enferma y una hermana. Ahí estuve manifestándome en la puerta del juzgado de vigilancia con un abogado que desinteresadamente viene a ayudarle a los compañeros, Martín Eliseo Rodríguez Bernal, que conoce también las penalidades de allí dentro porque estuvo dos años en prisión y luego salió absuelto por los problemas que le habían metido. Y está mi abogado Félix Angel Martín, dispuesto también a ayudarles siempre desinteresadamente porque si tienen un abogado bueno, que le puedan exigir, no vamos a entrar ahí ni interferir en ello', relata.

'Para las personas que no tienen a nadie, ahí estoy yo', asegura el exreo

Montes Neiro dispone de una página web e incluso está presente en Facebook, dos vías para entrar en contacto con él y con la asociación que se nutre de parte de los beneficios del rastro granadino para esta pesquisa que le lleva otra vez a visitar las cárceles españolas: 'Vivo la libertad con toda la intensidad que puedo. Estoy totalmente integrado en la sociedad Parece que nunca he estado allí dentro, las penas he olvidado fácil, siempre estoy rodeado de alegrías, de mi familia, de mi hija. Es lo que me empuja a vivir día tras día, es una delicia. Yo no conozco la crisis porque estoy en el paraíso. Cuando me hablan de crisis, a las personas que refieren calamidades, yo les digo que no las tengo, que estoy en la plenitud de la dicha'. '¿Cómo voy a echar en falta aquello? Lo echo de sobra. Me sobraron muchos años de cárcel. Echo en falta no poder ayudar a mis compañeros que lo necesitan, no tener la fuerza de ayudarles. Personalmente no echo en falta nada de allí'.

Ahora, vive en Mijas Costa, en Málaga, acostumbrándose a sobrevivir entre el tráfico porque 'allí dentro no había coches'. 'Sea donde sea me desplazo en la primera oportunidad que tenga. Hay un grupo que me sigue, unos pocos de chavales que han estado allí dentro o no han estado, pero me ayudan. Yo no pensaba esta acogida que me da la gente en la calle. Yo voy por la calle y no me van aplaudiendo porque ya sería mucho, pero me van dando la mano o policías que me paran para hacerse fotos conmigo. Eso es ya lo último. Le digo que no me echen el brazo por encima, no se vayan a creer que vuelvo a estar detenido. Les echo yo el brazo a ellos, pero que no digan que son mis amigos porque a ver si otros van a decir por eso que no lo son'.

'Me sobraron muchos años de cárcel', dice Miguel Montes Neiro

A su salida de prisión, algunos funcionarios le plantearon una demanda por injurias: 'Unos periodistas me preguntaron si en la cárcel había droga y dije que sí, que claro que hay, ¿y llevan droga los funcionarios? Pues claro que llevan droga. Los funcionarios me han dado droga, me han vendido un móvil... Luego me preguntaron en Tele5 si ya que había hablado malamente de los funcionarios, reconocería que habría alguno bueno: por supuesto, respondí, pero ustedes me han preguntado por los malos. Si me pide usted la hora, no le contesto con la dirección de mi casa. En todas partes, hay buenos y malos. Hasta en el infierno, si existe, tiene que haber personas correctas. El infierno está allí dentro y conozco funcionarios que son amigos míos porque son excelentes personas, en su trato, en todo y merecen el respeto. ¿Cómo voy a faltarles el respeto a esas personas?'

A comienzos de año, aparecerá un libro sobre su peripecia vital, que ha escrito Antonio Izquierdo y que llevará el título de El abrazo del náufrago. Y es que meses después de su liberación, tras tres peticiones de indulto a dos gobiernos distintos, Montes Neiro sigue disfrutando de popularidad: 'Hay un puñado de productores que quieren hablar conmigo para hacer una película. No quiero meterme mucho en estas cosas, prefiero dedicarme a mis compañeros. Son mis compañeros aunque yo ya esté en la calle. Yo tampoco quiero ser tan mediático y vanagloriarme de algo que es rechazado por la sociedad y por mí mismo. Si hubiera vivido en otro lado, mi vida la hubiera desarrollado de otra forma. No es una cosa para estar todo el día aplaudiendo. Si surge la película habrá que hacerla, porque uno tiene que vivir'.

'Hay productores que quieren hablar conmigo para hacer una película', señala'La cárcel me ha enseñado muchas cosas, a querer a mi familia de forma demencial, a llorar por mis hijos por no tenerlos. Me ha enseñado la amistad, muchas cosas alegres, pero a la vez las mismas cosas que me hacían reír, me hacían llorar, no con lágrimas, pero me rompía por dentro. Ver a tu hijo una vez al mes es muy duro. Es muy difícil exigirle a una mujer que esté con el marido una vez al mes. Habría que ver si un hombre lo aguantaría, si fuese al contrario. En treinta y seis años he visto rotos cuatro matrimonios pero yo no los he roto nunca'.

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