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Millet desaira al Parlament entre silencios y sonrisas

El supuesto saqueador del Palau y Jordi Montull, su mano derecha, ignoran las preguntas de los diputados

ALBERT MARTÍN VIDAL

Al entrar en el Parlament, pasó por el arco de seguridad y la máquina pitó. Ni se detuvo ni miró al agente de los Mossos. Envejecido y tembloroso, Fèlix Millet paseó su presencia por el Parlament sin mostrar el menor arrepentimiento. Citado por la comisión que investiga la supuesta financiación ilegal de Convergència Democràtica a través del Palau, el antiguo patricio de la entidad compareció en la cámara catalana sin responder a una sola pregunta.

El personaje más esperado de todos los que han desfilado ante los diputados congregó a una multitud de medios gráficos que puso en aprietos el protocolo del Parlament. Cuando le llegó el turno de hablar, lo hizo brevemente y con voz cavernaria: 'Al estar imputado en el procedimiento judicial que todos ustedes conocen, no deseo en estos momentos hacer ninguna declaración en esta comisión'.

ERC: 'Aquellos que despachaban mensualmente con usted hoy le niegan'

Millet tuvo que escuchar entonces las preguntas y reproches de los diputados, a quienes no ofreció explicación alguna por el presunto desvío de 35 millones de euros de la centenaria institución ni por el uso fraudulento que dio a los fondos públicos que recibió, que se estiman entre tres y 15 millones de euros.

Jordi Turull, de CiU, le preguntó sin convicción si había participado en la 'financiación irregular de algún partido político por medio de comisiones por obra pública'. No encontró respuesta. La gélida máscara de Millet mostró alguna emoción más con el turno del socialista Jordi Terrades, que lamentó que en la comisión se han visto 'muchas casualidades y muchos silencios, pero ninguna explicación tranquilizadora'. El compareciente aprovechó el momento para servirse agua, algo de lo que fue incapaz a causa de los temblores de sus manos, y su letrada tuvo que ayudarlo.

Por parte de ERC, Pere Boschle afeó 'el daño que había hecho al país, a la buena gente que lucha por sobrevivir día tras día' y los documentos que prueban las irregularidades de su gestión: 'Hemos contabilizado más de 50 documentos, un rastro inmenso de miseria y mal gobierno'. Pero lo que sí arrancó una reacción en Millet fue la alusión a su caída social y a San Pedro: 'Aquellos que despachaban mensualmente con usted o que llamaban semanalmente al señor Montullhoy les niegan'. El ex presidente del Orfeó lanzó entonces una sonrisa que sostuvo durante un par de minutos.

ICV: 'A partir de ahora no debe haber nombres intocables'

Con esa expresión oyó las dudas del popular Santi Rodríguez en el sentido de si Millet y Montull que tampoco declaróutilizaron a los políticos para enriquecerse o si, como los documentos apuntan, 'los políticos les utilizaron para desviar fondos'. Al saqueador confeso del Palau le quedaban por escuchar cómo Daniel Pi, de ICV-EUiA, pedía que en Catalunya no haya más 'nombres intocables ni familias sagradas'.

Millet se limitó a callar. Ya en la salida, encendió un cigarro y alguien le preguntó si se marchaba de vacaciones. El antiguo prohombre no pudo contener una carcajada.

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