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Los monjes del Valle de los Caídos honran a Franco

La Guardia Civil limitó ayer el aforo a un funeral por los caídos en la abadía

D. B. / Ó. L. F.

La abadía benedictina instalada en el Valle de los Caídos desde que Franco lo decidiera así en 1957 volvió ayer a hacer una demostración de su autonomía al celebrar un funeral junto a las tumbas del dictador y del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, en recuerdo 'a todos los caídos'. Sin embargo, la Guardia Civil sólo permitió la entrada a una decena de personas. Fuentes del Instituto armado recalcaron que el acceso al lugar está restringido por las obras de rehabilitación y que el mal estado del ascensor que comunica la abadía con la basílica, única vía de acceso, no reunía las medidas de seguridad para que lo usara el centenar de personas que pretendía asistir a la ceremonia.

La Fundación Francisco Franco, a través de su web, anunciaba ayer la convocatoria del funeral creado el año pasado por la abadía para ajustarse a la Ley de la Memoria Histórica. 'Los monjes quieren reiterar el carácter religioso y de reconciliación de los actos litúrgicos que con este motivo se celebren en la basílica', decía el comunicado. El propio abad, Anselmo Álvarez, explicó el 14 de septiembre de 2009 en el diario Abc que el funeral tradicional en recuerdo de los caídos en la Guerra Civil que se celebraba cada año el 20 de noviembre cambiaría de fechas al 3 del mismo mes.

Pero los benedictinos no renuncian a honrar a Franco y José Antonio. El próximo día 20 celebrarán una misa en 'memoria litúrgica' coincidiendo con los aniversarios de la muerte de ambos golpistas. 'Es tradicional que una iglesia haga misas en honor a su fundador', explicó el propio Anselmo Álvarez a este periódico. La Ley de Memoria impide en su artículo 14 los actos en Cuelgamuros de exaltación de los 'protagonistas' de la dictadura.

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