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Montilla corresponsabiliza al PSOE de la debacle del 28-N

El president denuncia la 'hostilidad' de 'amigos políticos' hacia el Govern

ALBERTO MARTÍN VIDAL

Desde la noche del 28-N, en que el PSC cosechó los peores resultados de su historia, a José Montilla se le ha quedado un rictus apesadumbrado. Pero el aún president de la Generalitat demostró el domingo, señalando a quienes considera corresponsables de su debacle electoral, que no quiere saborear en solitario el fracaso.

El primer secretario del PSC intervino en el Consejo Nacional para demostrar que su tradicional contención a la hora de hablar de sus socios es historia: 'Este Govern arrancó en un contexto de hostilidad e incomprensión de adversarios y de algunos amigos políticos'.

A quién se refería con sus palabras quedó pronto claro. 'El PSOE, en las cosas relevantes, no nos ha puesto las cosas fáciles', dijo, antes de enumerar los traspasos, la negociación de la nueva financiación y la odisea vivida por el Estatut. 'Son cosas que han tenido un desenlace positivo pero después de una negociación agotadora; no lo hemos sabido hacer bien, ni nosotros ni nuestros interlocutores', lamentó.

A pesar de que al inicio de su discurso se atribuyó la derrota, el president quiso señalar a todos quienes han tenido alguna responsabilidad en el derrumbamiento electoral del PSC y en que el Tripartito ha sido percibido como una mala fórmula. Así, se refirió a 'la falta de cultura de gobiernos de coalición', a los medios de comunicación, a una oposición 'que intentó deslegitimar al Govern, a pesar de que tenía mayoría parlamentaria, sobre la base de prejuicios' e incluso habló de sus socios, ERC e ICV-EUiA: 'A veces no han entendido que había que gobernar para el conjunto del país'.

Montilla asumió como propios 'problemas de liderazgo' en crisis como la de las nevadas, el incendio de Horta de Sant Joan o la Ley de Educación y admitió que su Govern se vio forzado a adoptar 'recetas parecidas a las que aplica la derecha'.

El líder socialista vaticinó asimismo que 'CiU reforzará su cara más sectaria' y planteó que la respuesta pasa por la 'apuesta municipalista' que debe hacer el PSC. En ese sentido, abogó por abandonar discursos identitarios y proclamó que 'la nación comienza en casa, en la escuela y en el barrio'. Buena nota tomó el ala más catalanista de su partido, ya que ni Ernest Maragall ni Antoni Castells intervinieron en la reunión, y Montserrat Tura lo hizo sin abordar la cuestión.

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