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La niña asesinada en Seseña agonizó durante tres días

Cristina Martín falleció desangrada sólo 20 horas antes de hallarse su cadáver

Ó. LÓPEZ-FONSECA

Francisco Martín entró ayer en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Seseña (Toledo) con barba de varios días y los ojos enrojecidos de llorar. Lo acompañaban su mujer, Pilar, su hijo Miguel Ángel y su abogada. En la mano llevaba un folio escrito a máquina en el que se recogían los nuevos datos que la familia conocía de la muerte, hace cuatro meses, de su hija Cristina. 'Pudo estar inconsciente [durante] dos o tres días antes del fatal desenlace', leyó Francisco, visiblemente abatido.

La larga agonía de Cristina Martín, la niña de 13 años asesinada el pasado 30 de marzo en la localidad toledana presuntamente a manos de Coco, una compañera de instituto, es una de las principales conclusiones de la autopsia realizada al cadáver de la adolescente y a cuyo informe ha tenido acceso recientemente la familia, tras levantarse el secreto del sumario el pasado 21 de junio. Según detalla este documento, la muerte de la adolescente se produjo 'no más' de 20 horas antes del hallazgo del cadáver, el sábado tres de abril, a pesar de que la desaparición de Cristina y las lesiones que le infirió su supuesta agresora se habían producido el mismo día en que se perdió su rastro, el martes anterior.

Según detalló ayer Francisco, el cadáver de su hija presentaba varios golpes en la cabeza, aunque uno era especialmente fuerte, lo que provocó que la niña quedase inconsciente y sin capacidad para defenderse. De hecho, el cadáver no presentaba ningún signo de que hubiera habido lucha entre las dos menores, como en un primer momento se barajó.

Una vez en el suelo, la presunta agresora le hizo un 'corte profundo en la muñeca izquierda' con 'un arma blanca' que aún no ha sido localizada. Esta herida provocó que la víctima se de-sangrase poco a poco y, finalmente, muriera tres días después. Esta conclusión es corroborada por el hecho de que junto al cadáver de la víctima se encontró un pañuelo lleno de sangre con el que supuestamente Cristina había intentado frenar la hemorragia durante su agonía.

Los aproximadamente 650 folios del sumario concluyen que el crimen se produjo en el lugar donde se hallóel cuerpo, la galería de una cantera de yeso abandonada, donde ambas menores se habían citado para dirimir sus diferencias. 'No hay indicio alguno que permita asegurar que el cadáver fuera trasladado después de la muerte', destacó Francisco.

El padre de Cristina también reconoció que 'no hay constancia alguna de que el asesinato fuera cometido por varias personas', en contra de lo que defendió públicamente tras el hallazgo del cadáver. No obstante, recalcó que sí estaban imputadas como encubridoras otras dos chicas, también menores, que supuestamente supieron lo que había pasado y no lo contaron a nadie cuando aún se buscaba a la desaparecida. 'Si hubieran hablado, a lo mejor la medicina podía haber hecho algo por mi hija', se lamentó tras conocer ahora la agonía de Cristina.

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