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La nueva normativa laboral evita el caos pese a las bajas

Los aeropuertos de El Prat y Balears sufrieron retrasos en más de 70 vuelos

S. R. A. / AGENCIAS

Pudo haber sido un caos, pero todo acabó en leves retrasos. La nueva normativa que rige desde que el ministro de Fomento, José Blanco, la aprobara por decreto en febrero y que luego convalidó el Congreso cambió las reglas del juego laboral de los controladores. La plantilla está ahora obligada a prestar servicios forzosos a través de guardias prefijadas (imaginarias) y de los denominados servicios exprés, que consisten en que se les avisa para que cubran de urgencia una baja, siempre que pase al menos un turno desde el último realizado.

Las 18 bajas en el turno de mañana y las 21 en el de tarde provocaron ayer un absentismo del 37% y del 34%, respectivamente, en el centro aéreo de Gavá (Barcelona), que cubre el espacio de la zona este y Mediterráneo. Esto obligó a cerrar cuatro sectores del total de 12 (hubo menos carriles aéreos), lo que generó leves retrasos de 20 minutos a dos horas en los aeropuertos españoles, especialmente en El Prat, en Barcelona, donde la demora media fue de 19 minutos, mientras en la red general se situó en 17, de acuerdo con los datos de Aena. El día acabó con más de 70 vuelos afectados.

Después de la jornada tortuosa del pasado domingo para los viajeros en El Prat, los retrasos de ayer apenas supusieron graves inconvenientes. El mayor contratiempo lo sufrieron los viajeros de un vuelo a Viena que despegó de la capital catalana dos horas después del horario previsto. En Manises (Valencia) y El Altet (Alciante) se produjeron retrasos de media hora. Y ya por la noche, los pasajeros de 58 vuelos de los aérodromos de Balears sufrieron retrasos de más de una hora. En el resto apenas hubo incidencia y Aena calculó una puntualidad en los trayectos de entre un 83% y un 85%.

Para los viajeros, la falta masiva de los controladores por bajas médicas, tal y como informan los portavoces sindicales del colectivo, coincidiendo con la negociación de un nuevo convenio con Fomento, no puede calificarse de otra manera que de 'huelga encubierta'. 'Podrían haberlo avisado y nos podríamos planificar mejor los vuelos para no sufrir los retrasos por sorpresa', denunció un pasajero de Madrid-Barajas con destino a Barcelona.

Los controladores, por su parte, protestan: 'es un goteo de bajas que puede aumentar y Aena lo sabe', señala César Álvarez Cabo, uno de los portavoces del sindicato Usca. 'Ahora nos comunican los turnos con unos diez días de antelación, cuando antes se hacía tres meses antes, y encima están fiscalizando y presionando para meter más aviones de los que caben', añade Álvarez Cabo.

Ese es el origen de que la mayoría de las bajas sean por estrés o ansiedad, según el sindicato. Usca cuenta que los servicios de emergencia tuvieron que ir a auxiliar a un controlador de Valencia, que trabajaba solo en su turno, tras no poder separar los aviones todo lo debido (su trabajo es mantenerlos a un mínimo de tres millas). La torre se cerró durante 35 minutos. No ha sido el único caso, según Usca, que denuncia que los incidentes en el tráfico han aumentado, aunque no da cifras.

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