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Los pobres nunca se beneficiaron del PIB

UGT denuncia que la precariedad creció un 2,5% entre 2004 y 2006, mientras la economía lo hacía en un 9,5%

ALBERT MARTÍN VIDAL

España se encuentra enredada en la peor de las paradojas: el crecimiento económico que se registró en el periodo 2004-2006 vino acompañado de un incremento de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.

Así lo corroboran datos hechos públicos por la UGT: en ese trienio, la economía española creció un 9,5 % pero esa cifra no sirvió para reducir la proporción de desfavorecidos, que creció un 2,5%.

La sección catalana de este sindicato dio a conocer estas cifras y exigió al ejecutivo catalán que aumente las prestaciones sociales, pese a la evidencia de la desaceleración económica. El objetivo: evitar que aumente de manera importante la pobreza en Catalunya, comunidad donde las cifras son particularmente preocupantes: en el mismo trienio 2004-2006, con un incremento del PIB del 9,5%, la pobreza creció un 12,4%.

UGT ha utilizado los datos oficiales sobre pobreza publicados por el Idescat, que confirma que en Catalunya viven más de 1.300.000 personas con unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza, lo que supone que uno de cada cinco catalanes cuenta con menos de 8.276 euros al año.

La secretaria de política institucional del sindicato, Eva Granados, alertó de que esta situación aún puede empeorar afectando a los jóvenes. 'Si no se mejora la redistribución de la riqueza, los mileuristas de hoy serán los pobres del futuro. No podemos basar nuestro modelo de crecimiento en los bajos salarios', manifestó.

'La incapacidad que hasta ahora está demostrando el gobierno catalán para hacer frente a los problemas está provocando una mayor vulnerabilidad, ensanchando los límites de exclusión social', añadió.

Catalunya ha acusado particularmente la tendencia que se registra en el resto de España. En el periodo 2000-2006 la pobreza en esta comunidad aumentó hasta un 16,4%, pese a que el crecimiento de su PIB fue de un 28,2%.

Para combatir esta situación, el sindicato propone dotar económicamente y avanzar en la aplicación de la Ley de Dependencia del Gobierno y en la Ley de Servicios Sociales de la Generalitat y mejorar el salario de la Renta Mínima de Inserción. 

 Raúl Pau es educador social y su trabajo junto a personas desfavorecidas le ha convencido, particularmente en los últimos años, de que el perfil clásico de pobreza se ha roto: en esta categoría ya no sólo se encuentran personas mayores, inmigrantes, parados o drogodependientes.

“A este sector se incorporan ahora muchas personas  que se han metido en una hipoteca y a la que las subidas del Euribor le ha dejado una renta per cápita minúscula”, apunta. “Compraron un piso viendo una oportunidad pero ahora no pueden venderlo. A menudo tienen hijos y ahora están desbordados y prácticamente sin ayudas”, añade.

“Otra tendencia de los últimos años es la presencia de familias monoparentales: tras una separación la mujer tiene que afrontar la hipoteca o el alquiler además de hacerse cargo de los hijos, en situaciones en que no siempre colabora el padre”, dice.

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