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El PP usa al soldado muerto en Afganistán contra el Gobierno

González Pons dice que Zapatero prefiere rezar con Obama a hacerlo con los familiares del militar fallecido. Rajoy alude a su origen inmigrante y lo pone como ejemplo de 'nuevo español'

IÑIGO ADURIZ

La muerte del soldado John Felipe Romero Meneses en Afganistán sirvió ayer al PP como pretexto para iniciar un nuevo enfrentamiento con el Gobierno. En esta ocasión los conservadores utilizaron la ausencia del presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, del funeral celebrado en honor al militar para acusar a los socialistas de 'confundir sus prioridades'.

Zapatero no acudió al acto de despedida de Romero Meneses, fallecido el lunes en el país asiático durante un ataque de la insurgencia talibán, porque, según fuentes gubernamentales, se encontraba preparando su viaje a Washington, a donde partió por la tarde. Allí tiene previsto participar hoy en el tradicional Desayuno de Oración de EEUU junto a Barack Obama [más información en la página 22]. El Ejecutivo estuvo representado por la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y la ministra de Defensa, Carme Chacón. Desde el Gobierno se explicó que el jefe del Ejecutivo no acostumbra por sistema a ir a todas las exequias de militares, salvo las que son funerales de Estado, en los que está obligado por la presencia de los reyes.

Los conservadores aprovecharon la ausencia de Zapatero para poner en duda el apoyo del presidente a la familia del fallecido, cuestionando incluso su compromiso con las Fuerzas Armadas. El secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró en Los Desayunos de TVE que a él le hubiera gustado ver a Zapatero 'haciendo la oración' no en la capital estadounidense, sino 'en el funeral de un soldado español que ha muerto en Afganistán, a los pies de la bandera de España'.

Desde el PSOE denunciaron lo que consideraron 'el aprovechamiento político de un drama' por parte de los conservadores. El portavoz de Defensa del Grupo Socialista en el Congreso, Jesús Cuadrado, calificó las declaraciones de González Pons de 'inaceptables por inmorales' y de 'impropias de cualquier responsable político'.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, no se quedó a la zaga y pareció servirse de la muerte de Romero Meneses, de nacionalidad colombiana, para defender a los inmigrantes de un perfil muy concreto. Rajoy, que ha propuesto hacer firmar a los extranjeros un contrato de integración, aseguró en su perfil de Facebook que el soldado fallecido representa 'lo mejor de esos nuevos españoles'. Indicó que el militar era 'un hijo de inmigrantes colombianos, afincado en Mollet del Vallés e integrado en nuestro país hasta el punto de defender nuestros valores bajo bandera española en las lejanas tierras de Afganistán'.

Otra dirigente de su partido, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, había asegurado a finales de enero: 'No cabemos todos'. Se refería a la llegada de inmigrantes a España a propósito de la polémica por el intento del Ayuntamiento de Vic de negar el empadronamiento a los inmigrantes sin papeles.

Este doble mensaje del PP sobre la inmigración llamó la atención del presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el socialista Pedro Castro. En clara alusión a las palabras de Sánchez Camacho, Castro preguntó a la presidenta del PP catalán y a Rajoy 'cómo es posible que un soldado pueda llevar la bandera de España en el uniforme, que un soldado pueda morir por la paz, que un soldado pueda morir por España y no quepa en ella'. Y les emplazó a explicar esas cuestiones a los familiares cuando les dieran el pésame.

Además de la vicepresidenta Salgado y la ministra Chacón, en el sepelio celebrado ayer en Barcelona estuvieron el príncipe Felipe, el presidente de la Generalitat, Josep Montilla, el alcalde Jordi Hereu y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez, entre otros. El príncipe entregó a la madre de Romero Meneses la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.

Mientras, los tres militares heridos más graves de los seis que provocó el ataque del lunes en el paso de Sang Atesh, al norte de Afganistán, evolucionan favorablemente en el hospital del Vall dHebron de Barcelona.

Habían sido trasladados allí el pasado martes tras regresar del país asiático en un avión de la Fuerza Aérea Española. El soldado Daniel Ospina fue operado de una fractura de peroné y su estado es grave. También lo es el del teniente Jordi Francesc Rubio, aunque el centro sanitario no facilitó los datos sobre cuáles son sus heridas concretas. El tercer herido, Josua Alcalá, presenta únicamente contusiones y heridas leves.

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