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El PP asturiano planta cara a la dirección nacional

Carga, desde el anonimato, contra Cascos y descarta cualquier pacto con el ex ministro

MARÍA JESÚS GÜEMES

El PP vivió ayer una nueva sacudida del terremoto Cascos. Una noticia difundida por agencias avivó la guerra entre los detractores y los partidarios de que el ex ministro de Fomento se convierta en el futuro candidato de los conservadores asturianos al Principado.

En la información se señalaba que para pactar con el 'sexagenario' Francisco Álvarez-Cascos, el ex ministro 'tendría que volver a nacer y ser radicalmente opuesto a como es' porque produce 'un gran rechazo dentro y fuera del Partido Popular'. Además, añadía que 'la actuación de este casquismo residual en Asturias está debilitando' a su formación a nivel regional. Y lo acusaban de 'romper' su partido ahora y en 1998, cuando mantuvo una 'confrontación personal' con el entonces presidente Sergio Marqués.

Estas declaraciones se escondieron detrás de 'fuentes del PP asturiano'. Desde su sede afirmaban que ellos no habían sido los responsables y negaban que hubiesen repartido este texto bajo la forma de un nuevo comunicado.

Sin embargo, otros dirigentes tenían el convencimiento de que se trataba de un gesto que provenía de ellos: de su líder, Ovidio Sánchez, pero, sobre todo, del alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, que es a quien todos señalan como la persona que tiene realmente fuerza para enfrentarse a Cascos.

Por lo visto, al PP asturiano no le gustó nada que la secretaría general admitiese que había muchas posibilidades de que Cascos fuera el cabeza de lista si llegaba a 'mínimos acuerdos' con la dirección nacional.

La reacción llegó ayer de esta forma. Además, anunciaron que 'cuando corresponda' presentarán una candidatura para competir 'limpiamente'. El nombre de la edil ovetense, Isabel Pérez-Espinosa, cobra fuerza como alternativa. Pero los colaboradores de Rajoy la consideran como 'una apuesta de futuro, más que de presente'. Algunos creen que esta situación no se resolverá como no sea con la aparición de 'un mirlo blanco' que sea 'neutral'.

En cualquier caso, en la dirección nacional estaban ayer muy enojados por lo sucedido. 'Es tremendo', aseguraban. Más cuando habían dado orden expresa de enterrar el hacha de guerra y se estaba tratando de limar asperezas. Fuentes cercanas a Mariano Rajoy afirmaron que no le daban 'crédito' a esos comentarios porque se habían realizado desde el anonimato. Pero en cualquier caso, destacaron que 'no compartían ninguna de las descalificaciones'. Sin nombre y apellidos, decían, no se pueden adoptar medidas. Algo que el sector afín a Cascos, muy indignado, reclamaba porque eran declaraciones muy 'graves'.

Los responsables de organización del partido no quieren llegar a convocar un congreso regional para dirimir este asunto. Explican que con una junta directiva regional basta y que tratarán de buscar un cartel de 'unanimidad' y que no deje 'heridas'. De todos modos, resaltan, 'la última palabra la tiene Madrid'.

La operación es difícil. Y los que rodean al líder del PP reconocen que este tiene 'un gran marrón'. También admiten que si se decide por Cascos será visto como una imposición. El PP ha realizado encuestas preguntando si podrían ganar en Asturias con Cascos al frente. Los datos son positivos, aunque no logra alcanzar la mayoría absoluta.

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