En su discurso de investidura, y en los días siguientes, José Antonio Monago no se hartó de decir que 'Extremadura no es de izquierdas ni de derechas', que la mayoría de las políticas no tienen ni 'color político'. Tanto se cree esa afirmación el nuevo presidente de la Junta que ha forzado (y conseguido) una ruptura de una tradición parlamentaria muy aquilatada desde la Revolución Francesa: que el grupo más poderoso de la izquierda -en España, el PSOE- se siente a la izquierda de la Cámara y la derecha, a la derecha.

Eso va a cambiar en Extremadura a partir de ahora: Monago y su grupo se ubicarán a la izquierda del Parlamento y los socialistas, en la banda derecha. Un intercambio de escaños en toda regla que ayer aprobó la Junta de Portavoces de la Asamblea con los votos a favor del PP y gracias a la abstención de IU, que ya dio el Gobierno a los conservadores.

El PP justificó el cambio en que Monago debía ocupar el asiento que su predecesor, Guillermo Fernández Vara, por una cuestión de 'funcionalidad', porque ese escaño está más cerca de la única puerta de salida del pleno, y así le resultaría más sencillo atender llamadas o visitas.

El PSOE montó en cólera y vio 'confirmada' la 'pinza PP-IU'. 'Es un capricho del PP, ellos buscan la foto, quieren hacer ver que todo ha cambiado en Extremadura, que ahora mandan, y no les importa quebrar una tradición tan consolidada', señaló a Público Ascensión Murillo, portavoz regional del partido. Pedro Escobar, líder extremeño de IU, subrayó que daba 'igual' la ubicación de los diputados y que el PSOE padecía el 'síndrome totalitario del poder'.