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El PP no puede probar el uso partidista de la 'operación Galgo'

El PSOE pide a Rajoy que desautorice la actitud 'inaceptable' de sus cargos

M. J. GÜEMES

El Partido Popular no tiene pruebas de que el Gobierno utilizara la operación Galgo para 'tapar' las explicaciones de José Luis Rodríguez Zapatero acerca de la crisis de los controladores pero, a pesar de todo, sigue defendiendo esta tesis.

Los conservadores creen que es mucha 'casualidad' que se destapara la trama de dopaje en el deporte español en un momento tan complicado para el Ejecutivo socialista y piensan que se hizo con la única intención de desviar la atención de los ciudadanos hacia otros asuntos.

La acusación formal la lanzó al aire el domingo pasado el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons. Ayer la ratificó su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

La mano derecha de Rajoy se expresó en los mismos términos que su compañero de partido, dejando claro que a ella también le resulta extraño que las detenciones se produjesen el mismo día que el presidente del Gobierno daba explicaciones.

Pons, por su parte, también se mantuvo en sus trece de la teoría de la conspiración. El dirigente conservador mantuvo en una entrevista en RNE su posición e indicó que le parecía sospechoso que cada vez que el vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pasaba 'por un mal momento' surgiese 'una nueva filtración o redada que le despejasen mediáticamente el panorama'. Además, destacó la coincidencia de que la fecha del desmantelamiento de la red coincidiera con el estado de alarma.

Por otro lado, Cospedal quiso también lanzar un mensaje de su partido a los deportistas: 'Todos lamentamos lo que ha ocurrido y vamos a ver qué es lo que dicen los tribunales porque todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia'.

Era un mensaje calcado al que ha estado empleando durante todos estos meses cuando ha tenido que dar la cara por algunos dirigentes de su formación implicados en escándalos de corrupción. Así, en más de una ocasión se ha visto obligada a responder a los periodistas con una fórmula similar cuando le preguntaron por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y su imputación en el caso Gürtel.

En el partido de Mariano Rajoy se han llevado además un disgusto enorme con esta operación porque ha puesto en el punto de mira a la atleta Marta Domínguez, que fue en las listas del PP para el Ayuntamiento de Palencia en 2003 y había participado incluso en algún acto junto al jefe de la oposición.

El PP está obsesionado con que la Fiscalía y el Ministerio de Interior le persigue y desde ayer denuncia que no son la única víctima.

Rubalcaba no tardó en dar la réplica. A la mano derecha de Zapatero le pareció ayer 'un disparate' lo que iban diciendo los responsables del PP. 'Pons sabe perfectamente que las operaciones de la Guardia Civil y la policía las establecen los jueces', dijo el vicepresidente primero, quien recordó, además, que esta se decidió en noviembre. Por eso, a su juicio, el dirigente conservador 'está mintiendo a sabiendas, lo cual es gravísimo'.

Los socialistas exigieron ayer a Rajoy que, como ex ministro del Interior, desautorice a quienes 'difunden permanentemente la desconfianza hacia jueces, fiscales y cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado'. El secretario de organización del PSOE, Marcelino Iglesias, expresó su 'malestar' por las palabras de los conservadores. En su opinión, es una actitud 'inaceptable' vincular ambos temas.

Cospedal reprochó, además, a Rubalcaba que en un mitin, según ella, insultara a su jefe de filas. Y aseguró que los españoles no quieren 'ni estrategias de marketing ni vicepresidentes de la oposición porque, por muchas descalificaciones [que se hagan] al PP, no se solucionan los problemas'.

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