El malestar provocado por el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, al distinguir la semana pasada entre las víctimas de ETA en Catalunya, que atribuyó a un 'error', y los damnificados por la banda en el resto de España, no hace sino crecer.

PP y PSOE han elevado aún más el tono crítico con el responsable de la diputación. La dirigente del PP Soraya Sáenz de Santamaría sostuvo ayer que su formación apoyará 'cualquier medida que tenga por objeto sacar a Bildu de las instituciones, incluida la Diputación Foral de Gipuzkoa'.

El portavoz socialista en San Sebastián y consejero vasco de Transportes, Ernesto Gasco, defendió la consecución de un 'acuerdo global' entre PSE, PP y PNV para gobernar las instituciones guipuzcoanas 'desde el sentido común'. El PNV es, precisamente, la pieza clave por la que tiene que pasar cualquier intento de derribar a Garitano, porque PSOE y PP no tienen fuerza por sí solos. La suma de junteros socialistas (10) y conservadores (4) no alcanza el mínimo establecido para presentar una moción de censura, que es de 15 votos. Además, debe ir acompañada de un candidato y sólo prosperará si consigue mayoría absoluta. Bildu cuenta con 22 asientos, el PNV con 14 y Aralar con uno.

De momento, los nacionalistas vascos se han limitado, a través de su grupo en las Juntas de Gipuzkoa, a solicitar la comparecencia urgente de Garitano para que dé explicaciones. El PNV sostiene que sus manifestaciones 'generan importantes dudas acerca de la apuesta real que hace en la defensa del cumplimiento de los derechos humanos y del respeto y cariño que merecen todas las víctimas'.

En sintonía con esta iniciativa, el presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, llamó la atención acerca de la estrategia de la izquierda abertzale de esconderse 'detrás de Bildu para no hablar claro, para no ser valiente'. 'A la izquierda abertzale le falta todavía madurez', remarcó.