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El PP vasco avala traspasar políticas de empleo con "garantías"

Corre el riesgo de enfrentarse a la dirección nacional como con el blindaje del concierto

MARÍA JESÚS GÜEMES

'Si nos garantizan los principios constitucionales, que no se va a romper la caja única de la Seguridad Social y que las cuantías van a ser las correctas, no tendremos nada que objetar a la transferencia de políticas activas de empleo', reconoció a este diario un dirigente del PP vasco. Su presidente, Antonio Basagoiti, ya aseguró hace unos días que, bajo esas condiciones, su formación, 'pese a quien le pese', respaldará la iniciativa.

Con ello lanzaba un mensaje alto y claro a la dirección nacional de su partido, donde, en cuanto se supo el acuerdo al que habían llegado PNV y Gobierno, pusieron el grito en el cielo y recurrieron a la vieja fórmula del 'España se rompe'.

Basagoiti está convencido de que otras comunidades del PP lo reclamarán

Aún no se conoce el contenido del texto, pero varios cargos de la cúpula ya lo han criticado, tachando la medida de 'irresponsable' e 'insolidaria'. Incluso, Mariano Rajoy ha llegado a entonar un discurso alarmista pidiendo rápidamente el blindaje de la caja única para 'evitar desmembrar un pilar de la política social española'.

En la sede nacional quieren ver el decreto ya. Así lo reclamó el viernes pasado Esteban González Pons. El vicesecretario de comunicación del PP exigió que la letra pequeña se haga 'pública' y que, de ese modo, todos los españoles puedan saber 'lo que les va a costar adicionalmente a sus impuestos que Zapatero siga siendo presidente del Gobierno un año más'.

Pons subrayó que a partir de ahora ya no se sabrá cómo se van a gestionar las bonificaciones empresariales y que, por tanto, se abre la puerta a que los empresarios vascos reciban ayudas que no recibirán los de otras partes de España y a que los parados y pensionistas de un sitio cobren más que los de otro.

Sin conocer el decreto, el equipo de Rajoy se lanzó a criticarlo

Pero el PP vasco no le piensa dar tantas vueltas. Saben que si 'todo está en regla', difícilmente podrán oponerse. No tendrán argumentos para hacerlo porque se trata de una antigua reclamación y no piensan jugar en contra de los intereses de Euskadi, sobre todo en época de crisis.

'Si hay ruptura de la caja única, estaremos todos a una en contra de este tema, pero si no la hay nosotros no nos pondremos a hablar de otras historias, de si cobra más un parado u otro. No tiene nada que ver. España no es homogénea. No lo es en nada', explica un cargo conservador vasco.

En cualquier caso, y por el momento, apelan a la prudencia y se ciñen al guión. Así, el portavoz del PP del País Vasco, Leopoldo Barreda, ha pedido al lehendakari que 'renegocie' el acuerdo en el tema de las cuotas empresariales por si lo que se cerró resulta 'deficitario o perjudicial' para las arcas vascas. Según los cálculos, que los conservadores han realizado, se podrían perder entre 50 y 90 millones.

Las palabras de Barreda llegaron después de unas declaraciones del lehendakari, Patxi López, en China en las que reconocía la posibilidad de que el balance del traspaso pudiera salir negativo. El PP vasco encendió todas las alarmas. 'Puede ser una auténtica chapuza', señalan.

Por eso, quieren que López no firme corriendo 'lo que le pongan encima de la mesa' y que se niegue directamente a hacerlo si no les beneficia. Además, anuncian, mantendrán una postura vigilante sobre todo el proceso. Tanto que controlarán que en los Presupuestos autonómicos de 2011 no se incluya ninguna partida destinada a compensar un agujero por esta cuestión. 'Nosotros no estamos ni para pagar los platos rotos de la minoría de Zapatero ni el prurito político del PNV', señala Barreda, quien cree que a López los suyos le han 'ninguneado'.

Lo que es seguro es que el pacto del PP vasco con los socialistas no corre peligro. 'Los criticaremos pero no romperemos', dicen.

No es la primera vez que los dirigentes vascos deben proteger su acuerdo de interferencias o se ven obligados a pelear por mantener su señas de identidad. Ya el año pasado surgieron las discrepancias en relación con el blindaje del concierto vasco. El PP vasco había apoyado la iniciativa en el Parlamento de Vitoria. Pero en el Congreso de los Diputados votó en contra. Los tres diputados nacionales por Euskadi abandonaron sus escaños en señal de protesta. 'Nosotros tenemos unas convicciones en política que no podemos superar y no se nos puede pedir que votemos en contra de las mismas', explicó por aquel entonces el diputado Alfonso Alonso.

Hubo grupos parlamentarios que reprocharon al PP que no hubieran consensuado una postura. Ahora, meses después, se sabe que cuando los conservadores vascos salieron del aeropuerto de Bilbao el voto iba a ser favorable y que, cuando aterrizaron en Madrid, la dirección había tomada la decisión contraria. 'Tuvo mucho más apoyo del que se hizo público', afirman. Pero pudieron más las presiones de Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, y Pedro Sanz, de La Rioja. Ambos terminaron por llevarlo al Tribunal Constitucional.

Aquello fue un ejemplo de la incapacidad del PP para mantener una sola voz. Y ahora se podría repetir la misma historia. En las filas de los conservadores vascos esperan que la situación no sea tan extrema como para que Rajoy decida llevarlo hasta los tribunales.

El líder del PP y Basagoiti mantienen un contacto permanente. Y, si finalmente la transferencia se realiza, el presidente de los conservadores vascos espera sumar apoyos a su causa. Ayer, en El Diario Vasco, Basagoiti se mostró convencido de que si no se rompe la caja única 'las comunidades del PP pedirán lo mismo que Euskadi'. Lo cierto es que Francisco Camps ya lo ha hecho. El president de la Generalitat sostiene que él también reclamará al Estado 'en términos equivalentes a los que se produzcan en otras autonomías' porque generaría '280 millones de euros para los valencianos'.

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