El presidente de Martinsa, Fernando Martín, imputado por soborno, delito fiscal y blanqueo en el caso Gürtel, se negó ayer a explicar al juez por qué pagó a Francisco Correa 12,8 millones de euros en junio de 2006. Los documentos remitidos por Mónaco y Suiza indican que Martín transfirió a una cuenta suiza de Correa esa astronómica cantidad en pago a su intervención en una adjudicación de suelo municipal en Arganda (Madrid) con la que Martinsa dio un pelotazo: pagó 77 millones en 2004 y, en 2006, vendió un tercio de la parcela por 73 millones.

Antes de que Arganda adjudicase esos suelos, los entonces responsables de finanzas del PP, Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas, avisaron a Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre del inminente amaño. Y de que en él participaba un altísimo cargo del Gobierno de Madrid. El aviso cayó en saco roto.

Martín se cerró en banda a responder al juez, pero desplegó su discurso oficial: que tenía una cuenta en Mónaco pero nutrida con fondos personales; y que la adjudicación de Arganda fue impoluta. Martinsa remachó luego en una nota oficial que su presidente 'no tiene nada que ocultar'. Y que 'las pruebas demostrarán que se actuó correctamente'.

Al banco de Mónaco desde el que se transfirieron los 12,8 millones a Correa, Martín le dijo que el dinero tenía por destino la operación urbanística del estadio histórico del Atlético de Madrid.

Ante Pedreira sí aceptó declarar el empresario Amando Mayo, que aportó uno de los 12,8 millones pagados a Correa. Mayo aseguró que transfirió a Martín dinero para una operación urbanística. ¿Cuál? No lo sabe, dijo.

El exalcalde de Boadilla Arturo González Panero, también citado, se negó a declarar por un nuevo delito fiscal. Sí lo hizo el empresario José Luis Ulibarri, que echó balones fuera y a quien el juez imputa ahora un nuevo delito fiscal.