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Dos presos con futuro en la izquierda abertzale

Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto se perfilan como dirigentes

P. Á

Abierta aún la incógnita de qué hará ETA ante la decisión de Batasuna de rechazar el uso de la violencia, el futuro de la formación ilegalizada no se presenta mucho más despejado. Si la banda no cede, Batasuna deberá desentenderse de ella y buscar un nuevo camino en la legalidad.

En este contexto, los Servicios de Información del Ministerio del Interior se han fijado en dos jóvenes del bando de Arnaldo Otegi que consideran llamados a desempeñar un importante papel en el futuro: Arkaitz Rodríguez Torres y Sonia Jacinto García. Sólo tienen un problema, y no es menor: ambos también se encuentran en prisión a la espera de juicio.

ETA ordenó a Rodríquez que vigilará a Otegi, pero este lo convenció

El pasado de Arkaitz Rodríguez aporta la relevancia que puede tener en el intento de Batasuna por convencer a los irreductibles. Ex líder de Segi, organización juvenil que ha concentrado tradicionalmente las posturas más radicales, Rodríguez fue uno de los designados por ETA para servir de correa de transmisión de sus consignas y, al tiempo, mantener la ortodoxia del proyecto Bateragune.

Sin embargo, y para sorpresa de los investigadores, Otegi persuadió a Rodríguez y para cuando fueron detenidos, este era ya uno de los seguidores del ex portavoz de Batasuna. Y en eso sigue en la cárcel de Albocáser, en Castellón, donde exhibe su capacidad de liderazgo, según fuentes penitenciarias. Si se mantienen los plazos habituales, el juicio contra los miembros de Bateragune, acusados de integración en organización terrorista, debería celebrarse, como muy pronto, a finales del próximo año. En el caso de Sonia Jacinto, la fiscalía solicitó el pasado agosto contra ella diez años de prisión por integración en ETA, al actuar como tesorera del PCTV. En su caso, el proceso por Bateragune es irrelevante, al no poder ser juzgada dos veces por el mismo delito.

Ambos serán juzgados por integración en la banda durante 201!

En el supuesto de que Batasuna convenza a ETA de dejar la violencia, o se aleje definitivamente de ella, una posible reducción de condena dejaría a ambos margen para jugar un papel en Batasuna.

En Interior destacan la falta de preparación y carisma de los pocos líderes de Batasuna que están en libertad, a excepción de Rufi Etxeberria y Rafa Díez Usabiaga, contando siempre con que el abogado Iñigo Iruin renunció hace años a cualquier aportación no relacionada con su experiencia jurídica.

Además, hay toda una generación de ex responsables de Batasuna a los que las detenciones y autos judiciales han hecho desistir, caso de los en otro tiempo omnipresentes Pernando Barrena o Juan José Petrikorena.

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