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"Es un privilegio donar un órgano"

A sus 81 años goza de buena salud y define su decisión de 'maravillosa'

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Ha cumplido 81 años con un sólo riñón, pero eso no le impide 'tener una vida activa'. La zaragozana María Luisa Sierra vivió 'un momento mágico' hace casi 29 años, cuando donó un riñón a su hijo Luis. Su primogénito enfermó a los 19 años. Sus riñones dejaron de funcionar y tuvo que recurrir a la diálisis para sobrevivir. Hasta que la situación, tras seis años pegado a las máquinas, se hizo insostenible y los médicos aconsejaron un trasplante.

La familia se volcó, pero ni el riñón de su padre ni el de dos de sus hermanos era compatible. 'Yo deseaba que fuera el mío, y así fue. Fue una ilusión tan grande que no se puede explicar, por eso animo a enfermos y familiares a que opten por el trasplante', explica María Luisa.

Su hijo Luis no tiene palabras para expresar el agradecimiento a su madre. 'Me ha dado la vida dos veces', asegura. Luis tiene ahora 56 años. La operación salió bien y madre e hijo gozan de buena salud. 'Me cuido, como es lógico, pero mi calidad de vida no tiene nada que ver con la anterior', asegura. 'La única manera de dar las gracias a los donantes es cuidarse más que si el órgano fuera nuestro', asegura.

Cuando Luis fue trasplantado, en su ciudad, Zaragoza, no se realizaban trasplantes en vivo. De hecho, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ni siquiera existía aún. Luis tuvo que irse a vivir unos meses a Barcelona, donde finalmente le operaron en el Hospital Clínic. Su madre también iba y venía. Tras una prueba le hacían otra. El trasplante no se realiza hasta que los médicos no se aseguran al máximo de que donante y receptor saldrán bien de la operación.

La de Luis fue un éxito. El riñón empezó a funcionar enseguida, destaca María Luisa. Su hijo recuerda el día como el de su nacimiento. 'Fue el 18 de marzo de 1983'.

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