Con cristiana resignación vivía ayer la dirección del PSC la resaca del triunfo de Jordi Hereu en las primarias celebradas en la federación de Barcelona. Hace dos meses, la cúpula del partido maniobró para evitar que Hereu fuera el candidato a las municipales. Pero con su triunfo sobre Montserrat Tura, el escenario ha cambiado. Ayer tocaba cruzar los dedos y esperar que el efecto primarias sirva para movilizar las bases de un partido en estado de shock desde la derrota electoral de noviembre.

'Estamos mucho mejor que hace un mes', reiteran desde la cúpula de Nicaragua. 'El partido está ahora mucho más movilizado y comprometido', añaden con un deje que no sonaba demasiado optimista.

No ha sido el mejor fin de semana para el primer secretario del PSC, José Montilla. De cara a las elecciones municipales, tomó tres decisiones: pactar con Ferran Mascarell su candidatura como alcaldable en la capital catalana, pedir a Hereu que hiciera caso de los sondeos y desistiera de presentarse, y allanar el camino a uno de sus hombres fuertes, Jordi Menéndez, para que se presentara por Sant Cugat. Todo le ha salido al revés, señal de que el partido está en plena refundación.

Montilla anunció que abandonará la dirección en el próximo congreso. Para relevarle se han postulado el veterano Joaquim Nadal y hasta tres alcaldes, los de Lleida, Tarragona y Terrassa. En este contexto ha irrumpido Nou Cicle, la corriente del ex primer secretario Raimon Obiols. De inclinación catalanista, ya han anunciado que, sin ellos en la dirección, el congreso se cerraría 'en falso', y han pedido la cabeza del secretario de Organización y mano derecha de Montilla, José Zaragoza.

Con ese complejo panorama, Hereu se lanzó ayer a por la remontada y lo hizo abriendo las puertas a su lista a personas próximas a Tura. Sus oponentes no escatimaron críticas: parecen volver a temer al alcalde.