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"Quiero vengarme para salvar a otras víctimas"

Una sentencia iraní concede a una mujer rociar ácido en un ojo de su agresor

GUSTAVO FRANCO

Amaneh Bahraminava aún quiere rociar 20 gotas de ácido en un ojo de su agresor. Por eso dejó su residencia en Barcelona el pasado 25 de agosto, para instalarse en Teherán hasta cumplir el trámite necesario para ejecutar esta sentencia a su favor. En todo el mundo, esta mujer, de 31 años, es conocida porque el 2 de noviembre de 2004 un pretendiente le desfiguró el rostro con ácido. Ella ganó el juicio, en el que se resolvió que podría aplicar la Ley del Talión: ojo por ojo. Es el castigo que el tribunal le concedió. Pese a que ella perdió dos ojos, sólo podrá cobrar uno. En Irán, un ojo de hombre vale por dos de mujer.

'Desde que llegué han llamado tres veces a mi casa para amenazarme, para que no ejecute la sentencia. Pero yo quiero hacerlo, para que otras mujeres no sufran lo mismo que yo', explicaba Bahraminava a Público desde Teherán. 'Ahora, todos en Irán hablan de Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer condenada a muerte por supuesto adulterio y asesinato. Por eso creo que la presión internacional está retrasando una nueva fecha para ejecutar la sentencia, y ahora me están dando largas', asegura la mujer.

Un pretendiente despechado la agredió con ácido y la dejó sin visión

Ameneh volverá a España el próximo febrero para continuar con sus cuidados. 'En Barcelona están mis doctores y es más fácil caminar con el bastón sin tropezarme', dice. En su país tiene miedo de salir a la calle sola, 'porque hay muchos escalones y no hay facilidades para los ciegos'.

Entre la comunidad médica es un referente por las 20 intervenciones que han mejorado su aspecto. Pero en las oficinas de extranjería de Barcelona es reconocida por ser la mujer que nunca llega con el documento necesario. Con el papel que su hermana Halimeh, de 24 años, necesita para regularizarse. 'Mi hermana vino para cuidarme en abril de 2009. Pero no podemos tener una vida tranquila porque ella no tiene papeles', cuenta Ameneh, quien vive en un piso de la Ciudad Condal de 40 metros cuadrados. La causa es una nueva traba administrativa que existe desde hace un año.

El juicio resolvió que se aplicase la Ley del Talión y quiere que se cumpla

El 7 de agosto de 2009 la sección de legalizaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación emitió un comunicado dando instrucciones a las oficinas de Extranjería. El texto decía que el certificado de antecedentes policiales de Interpol en Teherán no podía reemplazar el del Juzgado General de la Procuraduría de la capital iraní, el cual sólo puede ser reclamado personalmente.

'En todos los trámites, el reglamento exige un certificado de antecedentes penales, pero no en el de circunstancias excepcionales por razones humanitarias, como es evidente en este caso', explica el abogado Antonio Segura, de la comisión de extranjería del Colegio de Abogados de Barcelona. Este tipo de permiso, que Halimeh ha intentado solicitar en diversas ocasiones, recoge situaciones de violencia doméstica, refugiados o cuando la vida del extranjero corre peligro en el país de origen.

Para la subdelegación del Gobierno en Barcelona, 'las solicitudes de arraigo por causas humanitarias, como todo trámite, empiezan por tener el certificado de antecedentes penales. Como en este caso no disponemos de él, no se puede iniciar la tramitación de las circunstancias excepcionales ni de ningún otro procedimiento'.

Para el abogado Segura es cuestión de pragmatismo: 'El derecho establece que la Administración no te puede pedir un documento de imposible consecución. Los certificados de Interpol no acreditan los antecedentes penales, es verdad, pero en esta situación, debería verificarse si es necesario realmente'.

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