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Rajoy califica de "coñazo" el desfile del 12 de octubre

El patriotismo del líder del PP queda en entredicho gracias a un micrófono indiscreto // El PSOE dice que a Rajoy parece aburrirle todo, desde las Fuerzas Armadas hasta la crisis económica

MARÍA JESÚS GÜEMES

El patriotismo de Mariano Rajoy quedó ayer en entredicho. El líder del PP, que se encontraba clausurando la XIII Interparlamentaria de su partido en A Coruña, metió la pata hasta al fondo.

El dirigente conservador, que durante el acto hablaba de forma distendida con Javier Arenas, no se percató de que un micrófono estaba abierto y se le escapó su opinión sobre la Fiesta Nacional. “Mañana [por hoy] tengo el coñazo del desfile… en fin, un plan apasionante”, comentó al líder del PP andaluz. A Rajoy se le veía contrariado porque tenía que volverse para Madrid en vez de quedarse en Galicia, su tierra natal y en la que reside parte de su familia. El Día de la Hispanidad le fastidiaba los planes.

Los medios de comunicación grabaron parte de la conversación y mientras él realizaba su discurso, en el que no se refirió para nada a Unión del Pueblo Navarro, la noticia se extendió como la pólvora.

Su confesión contrastaba con la postura que mantuvo hace un año. Por aquel entonces, Rajoy se prestaba a hacer un vídeo institucional en el que, como si fuera el rey, convocaba a todos los españoles a salir a la calle para celebrar el desfile de las Fuerzas Armadas. Además, en la cinta advertía que era un paso importante que se debía de dar “por las razones que todo el mundo conoce”, aludiendo directamente a “la negociación” que, según el PP, mantenía el Gobierno con ETA durante la pasada legislatura.

En la cinta se podía ver al jefe de la oposición en su despacho, con la bandera de España al fondo, pidiendo a los ciudadanos que, por encima de cualquier diferencia ideológica, el 12-0 fueran a “manifestar con franqueza el orgullo de ser españoles” y mostraran con ello lo que guardaban “en su corazón”.

Cuando todo parecía indicar que Rajoy no albergaba los mismos sentimientos y se mostraba reacio a compartir la jornada de hoy con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el Ejecutivo al completo, los reyes y altas autoridades, llegó el comunicado del PP. Un breve texto en el que daban explicaciones.

El líder conservador justificaba sus palabras en que son “una expresión coloquial propia de una conversación de ámbito privado” que había trascendido al público.

“Para despejar cualquier duda o mala interpretación, quiero reiterar mi postura ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional”, indicaba con la intención de zanjar el tema.

Eso sí, aprovechando la circunstancia animaba “otro año más” a todos los españoles “a celebrar con entusiasmo la fecha que nos recuerda nuestra convivencia en común”.

El PSOE exigía inmediatamente “unas disculpas oficiales”. El portavoz de la comisión de Defensa, Jesús Cuadrado, se lamentaba por lo ocurrido, que, a su juicio, demostraba lo que el líder de la oposición pensaba “de verdad”. Es de “poco respeto”, denunció.

Más dura fue la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, quien dijo en Santander que para el dirigente popular, “últimamente la cuestiones de Estado, las Fuerzas Armadas y los problemas serios de este país son un coñazo y le dan mucha pereza”.

El secretario general de la Asociación Unificada de Militares, Mariano Casado, señaló que el líder de la oposición “no tiene una buena imagen de las Fuerzas Armadas”, aunque en el desfile de hoy, subrayó, “se rinda homenaje a las víctimas que han caído en misiones internacionales o en actos terroristas”.

En las filas conservadoras se desató un torbellino. Sus dirigentes no se enteraron de nada hasta la salida del encuentro. “¡Qué fuerte!”, exclamaban ante la noticia. Algunos mostraban su sorpresa y otros, su enfado. Había quien consideraba que con este tipo de comentarios lo único que lograba su partido era perder votantes y apoyo de la militancia.

Parece que Rajoy no ha escarmentado. Durante la campaña electoral, el presidente del PP se dedicó a mofarse de Zapatero porque durante una entrevista con Iñaki Gabilondo le pillaron diciendo que a los socialistas les interesaba que hubiera “tensión” entre el electorado. El líder del PP no se lo perdonó y machaconamente fue escenificándolo en todos sus mítines.

Ahora le ha tocado a él sufrirlo.

 

El PP, oficialmente, dice no tomarse nunca a broma los símbolos nacionales. Y monta bronca si otros lo hacen. En el desfile del 12-O de 2003, José Luis Rodríguez Zapatero permaneció sentado al paso de la bandera de EEUU. Enseguida salió en tromba. El entonces portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, acusó al líder del PSOE de no expresar “el respeto que merece siempre y en cualquier lugar la enseña nacional”. Ana Mato, responsable de Organización, acusó a Zapatero de “politizar” la parada. Jaume Matas calificó de “descortesía” el gesto. “Muestra su debilidad como líder”, dijo.

 

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