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Rajoy, en campaña sin Camps

El expresident, imputado por la Gürtel', decide no ir y sólo su sucesor en el cargo se acuerda de él

MARÍA JESÚS GÜEMES

Ayer no se oyó decir a Mariano Rajoy aquello de 'Paco, creo en ti. Estaré detrás de ti, delante o a tu lado'. Entre otras cosas porque el destinatario de este mensaje no estaba presente. El expresident de la Generalitat, Francisco Camps, no fue al mitin del PP en la plaza de toros de Valencia, que contó con alrededor de 16.000 asistentes.

La etiqueta con su nombre no figuraba en ninguna silla y hasta el último minuto muchos militantes se preguntaron si terminaría por aparecer. Camps, que será juzgado el próximo 12 de diciembre por el caso de los trajes que le regaló la trama Gürtel, no fue por decisión propia. 'La política es muy dura', señaló ayer un dirigente del PP a modo de epílogo.

A rey muerto, rey puesto. Allí estaba su sucesor en el cargo, Alberto Fabra, que fue el único que lo mencionó. A él y también a Eduardo Zaplana, 'dos grandísimos presidentes'. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, su gran amiga, no lo hizo. Esta acusó al PSOE de 'esconder' a José Luis Rodríguez Zapatero y prefirió cargar contra su candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, retándole a 'pedir perdón a los españoles' en vez del voto.

Tampoco se atrevió Rajoy, al que se le vio más relajado que en anteriores convocatorias electorales dando la vuelta al ruedo. Tras más de dos años defendiendo a su barón imputado por cohecho impropio, ayer parecía haberse olvidado de él.

El tono del mitin, comparado con otras veces, estaba más controlado. Se notaba la mano de la dirección nacional. No se podía cometer ningún error justo en la recta final hacia la Moncloa ni 'morir de éxito', como cuando en el 96 el PP valenciano se exhibió tanto que movilizó al electorado de sus adversarios.

El nuevo jefe del Consell se estrenó asumiendo responsabilidades: 'Me comprometo a dejarme la piel por este partido'. 'Serás un gran presidente. Ya lo estás siendo', le respondió su jefe de filas.

En primera fila le escuchaban el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y el portavoz de Economía en Les Corts, Ricardo Costa, ambos con procesos judiciales pendientes. Este último, al igual que Camps, se enfrenta a una multa de 41.250 euros y tendrá que comparecer ante un jurado popular.

También estaba un buen número de cargos de la formación conservadora. De entre ellos, Rajoy destacó al responsable de Justicia, Federico Trillo. 'Has estado ocupándote de temas, en fin, no vamos a calificarlos', comentó. Sonó un tanto escabroso. Muchos interpretaron que se refería a sus gestiones para promover la dimisión de Camps y a sus movimientos para evitar que el PP se viera salpicado por la corrupción.

Rajoy se dedicó a entonar el mismo discurso que viene realizando en los últimos días. Pero se lo interrumpieron en dos ocasiones. La primera cuando un hombre se levantó para mostrar una pancarta en la que ponía 'PPSOE corrupto', similar a las de los indignados del Movimiento 15-M.

Mientras los asistentes se revolvían y lo increpaban, el candidato de la derecha siguió con su guión y trató de recuperar a su público. Este empezó a cantar: '¡Yo soy del PP, del PP, del PP!'. Ocasión que su líder aprovechó: 'Eso, vamos a seguir dando argumentos, que es lo que nosotros manejamos'. Acto seguido, le mostraron otra: 'Sáhara libre'.

Al líder del PP se le vio más incómodo pero siguió a lo suyo reclamando 'el apoyo de toda la nación' para que se ponga al frente un Ejecutivo 'potable'. No se refería al agua. Ese tema no lo tocó. Fabra no dudó en hacerlo: 'Necesitamos un Gobierno que apueste por la solidaridad hídrica. Tenemos sed y queremos que toda España nos dé de beber'. El PP no tiene pensado recuperar el Plan Hidrológico Nacional que fue derogado hace ocho años y tratará de buscar un nuevo consenso. El jefe del Consell también recomendó seguir las políticas que Europa demanda, pero con un sello propio: 'Lo tenemos que hacer nosotros, no queremos un Gobierno que no sea respetado por el resto ni que esté al furgón de cola'.

Los conservadores valencianos aguardaban con expectación este día. Sobre todo por ver cómo reaccionaba la gente sin Camps. Encima era un acto por la mañana y lejos aún del 20-N. Al final se mostraban satisfechos con el resultado. No hubo mascletá pero sí se escuchó el himno. Explicaban que habían huido de la fiesta, en pos de la austeridad.

Según los sondeos internos del PP, la distancia con el PSOE se mantiene

En medio de esa plaza, Rajoy estaba eufórico. Resaltó lo 'emblemático' del lugar y confesó que siempre llevaría esa imagen 'en su corazón'. Entre tanta emotividad, se le escapó lo que lleva toda la caravana conteniendo. 'Creo que vamos a ganar las elecciones. Lo creo y lo digo', afirmó por primera vez convencido de su triunfo. Hasta el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, lo reconoció: 'Que nadie lo dude, vamos a ganar. Es nuestra obligación'. Según los sondeos internos del PP, la distancia con el PSOE se mantiene. 'El debate no ha afectado nada', explican. Fuentes de la dirección nacional, aportan, además, la estimación de que las opciones de lograr la mayoría absoluta son ya del 80%.

Por último, Rajoy dejó la puerta abierta a que en su Ejecutivo entren representantes de otras formaciones políticas y sostuvo que rechazara la pelea. 'Me situaré en paralelo a los que quieran lo contrario', proclamó.

Los colaboradores de Rajoy creen que para su Consejo de Ministros contará con algunos ex de Aznar, cargos representativos del Congreso de Valencia de 2008, y no descartan que sume a algún que otro independiente. Eso sí, fue curioso que ayer, el líder del PP, a diferencia de lo que ha hecho en otros sitios, no apuntara ningún nombre valenciano para su cuaderno azul. Y eso que Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, se lo pidió: 'Cuando ganes las elecciones, piensa en mí'.

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