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Rajoy carga contra Montilla y alerta sobre CiU

Dice que el PSC tendrá 'su castigo' y pide a Mas que no haga falsas promesas

MARÍA JESÚS GÜEMES

El PP catalán no hace más que recibir visitas de apoyo de sus altos cargos. Así, hasta Catalunya se han desplazado en estos días la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal o el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón. Y en los próximos, se acercarán también a respaldar a su candidata, Alicia Sánchez-Camacho, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o el líder del PP andaluz, Javier Arenas.

Los conservadores catalanes presumen del respaldo que están recibiendo. Hasta de la foto que se podrán hacer hoy en un mitin con mujeres junto a la actriz y directora teatral Blanca Marsillach. Pero nadie se acuerda ya de una de las grandes estrellas del PP hasta hace poco: el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps. Ayer los periodistas que siguen la caravana electoral catalana le preguntaron a Camacho por él. Ella respondió que algunos dirigentes apoyaban al PP catalán y otros no. Entonces, le replicaron que si lo que ocurría es que el líder valenciano no quería ir a Catalunya o es que no se le había invitado para no hacerse la foto. Camacho se excusó diciendo que había otros muchos rostros del PP que no habían ido pero que contaba con su aliento desde la distancia.

El que sí estuvo ayer a su lado fue, de nuevo, Mariano Rajoy. Camacho lo resaltó: 'En el ecuador de la campaña algunos critican que vengan líderes de nuestro partido con nosotros, pero a diferencia de Zapatero, que sólo viene a Catalunya a los actos del PSC, tú vienes a estar con la gente'.

Rajoy llevaba un mensaje para los socialistas catalanes y otro para CiU: 'José Montilla se niega a sí mismo, lleva ocho años con ERC e ICV y dice ahora que todo eso no vale, que todo fue un error. Pero estos vaivenes se pagan. Montilla y el PSC van a tener un castigo justo y no por su ideología, sino por faltar al respeto a los que les votaron. Les han engañado y lo van a pagar'.

El otro tenía como objetivo Artur Mas: 'Lo peor serían las frivolidades o el poder absoluto de nadie. Se necesitan contrapesos, controles y evitar las tentaciones que provoca la mayoría'. Para Rajoy, 'no es momento para equivocar las prioridades, hay que andar con cuidado con plantear los problemas identitarios y con falsas expectativas'. 'Aquí hay gente que está prometiendo cosas que sabe que no puede cumplir dijo en referencia al concierto económico que ha propuesto el presidente de CiU y luego vienen los problemas y la búsqueda de culpables'.

El resto de su discurso lo dedicó, como en todas sus intervenciones, a hablar de la crisis económica. En clave nacional, el presidente del PP dijo que el Gobierno ya 'no puede arreglar' la situación.

'No es creíble, la desconfianza es supina, fuera y dentro de nuestro país', repitió hasta la saciedad. Y dijo que ya estaba bien de que 'cada seis meses' el Ejecutivo se dedique a hacer 'anuncios' y mientras 'España está cada vez peor'. 'La situación de la economía no es buena y puede traer cosas peligrosas en el futuro', alertó. Más aún 'si no te respetan y te toman por el pito del sereno', remató.

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