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Rajoy no quiere líos internos en su recta final a la Moncloa

Cospedal recuerda que la cúpula nacional tiene la última palabra con las listas. El líder del PP define a España como una 'nación imbatible'

MARÍA JESÚS GÜEMES

El líder del PP, Mariano Rajoy, encara el tramo final de su recorrido hacia a la Moncloa bastante convencido de su triunfo. De hecho, ayer, en varias ocasiones, cometió el desliz de hablar de 'este Gobierno' a la hora de referirse a su partido.

Ahora es él, y no sus barones autonómicos, quien se la juega y por eso pidió a los suyos que no le torpedeen el camino. El dirigente conservador reunió a su Junta Directiva Nacional para analizar la situación económica de España y aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento a sus cargos. 'Debemos decir todos lo mismo porque, además, en lo sustancial todo este partido piensa igual', resaltó.

El jefe de la oposición siempre ha presumido de la unidad de discurso de su formación cuando este realmente se ha resquebrajado en varias ocasiones por temas como el agua, la educación, el Concierto vasco o por cómo proceder con los imputados del caso Gürtel.

Un segundo antes de este comentario también quiso hacer hincapié en lo que había dicho su secretaria general, María Dolores de Cospedal, acerca de la elaboración de las candidaturas electorales.

Los miembros de la Junta Directiva salieron impresionados por la advertencia que esta les había hecho. Por lo visto, Cospedal les recordó que 'las listas no las hacen los medios de comunicación'. 'Que quede claro que quien las cierra es la dirección nacional hablando con las organizaciones territoriales', añadió.

'Vamos a decirle a los españoles la verdad: no hay remedios milagrosos ni atajos'

La conformación de las candidaturas siempre viene acompañada de nervios e incertidumbre. El PP, en esta ocasión, no quiere ningún problema que dañe sus expectativas electorales o provea de munición al adversario. El 17 de octubre, fin de plazo para su presentación, se conocerán todos los nombres. Ayer, la presidenta del PP de Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, o el jefe del Consell valenciano, Alberto Fabra, se reunían con Rajoy para tratar de ello, entre otros asuntos.

Cospedal pidió prudencia y tranquilidad. Pero los dirigentes conservadores se fueron con la impresión de que les habían echado una regañina. Además, no salieron del encuentro tan eufóricos como estaban tras la victoria de las municipales y autonómicas. En el Partido Popular comienza a extenderse una sensación de agobio por lo que parece que se les viene encima.

En ese sentido, Rajoy ya va preparando el terreno. Desde hace días viene avisando de que los próximos meses no serán nada fáciles y que se tendrán que realizar esfuerzos importantes. Ayer también lo hizo: 'Vamos a decirle a los españoles la verdad: no hay remedios milagrosos ni atajos'. Pero prometió que habrá 'una senda de esperanza' que sabrá recorrer 'con tino y justicia'. Y con la ayuda de la sociedad española, de quien ensalzó su 'talento y dinamismo'. 'Los valores que nos identifican como lo que somos, una nación imbatible', dijo dejando ver su vena más patriótica.

Además, volvió a mostrar su apoyo a los presidentes autonómicos del PP ante las críticas que han recibido ante los recortes anunciados. 'Lo digo con orgullo. Las cosas se están haciendo muy bien', destacó. En una entrevista en Onda Cero, Rajoy ya había reconocido que 'nadie tiene una varita mágica'. Su receta: 'La consolidación fiscal, no gastaremos lo que no tenemos y no hipotecaremos el futuro de los españoles, las reformas estructurales y la reestructuración del sistema financiero'.

Rajoy señaló el 20-N en el calendario: 'Ese es el reto, es a lo que nos tenemos que aplicar'. Y concluyó su discurso convencido de que, en esta ocasión, a la tercera va la vencida, se hará con el poder: 'Aquí el único debate es si el cambio es más o menos grande, pero España necesita cambiar', apuntó consciente de que la gente se pregunta si el PP ganará o no por mayoría absoluta. La vicesecretaria de Organización y directora de la campaña, Ana Mato, se mostró convencida de que será 'una mayoría amplia'. Pero solicitó a los presentes que rebajen su entusiasmo: 'Aunque partimos como favoritos en las encuestas, no podemos ir de ganadores'.

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