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Rajoy vuelve a Andalucía en busca de votos socialistas para Arenas

El líder del PP se centra en este territorio y evita pisar el País Valencià de Camps

MARÍA JESÚS GÜEMES

'La plaza está abarrotada', presumió el líder del PP andaluz, Javier Arenas. Más de 17.000 militantes, según la organización, se dieron ayer cita en Antequera (Málaga) para escuchar al presidente nacional de su partido, Mariano Rajoy.

El dirigente conservador se mostró convencido de que será el próximo presidente del Gobierno: 'No tengáis la más mínima duda', dijo nada más iniciar su discurso. Rajoy se contagió del 'espíritu del cambio' que los conservadores andaluces predican y recordó, ante su auditorio, que se cumplía un año del simbólico acto de Dos Hermanas (Sevilla) que celebró su partido para expresar su oposición rotunda a la subida de impuestos.

Rajoy vende un PP 'abierto a todos' para cortejar votos desencantados

Desde entonces, la derecha ha tratado de ir reventando todos los santuarios socialistas. Atarfe (Granada), Alcalá de los Gazules (Cádiz) y Viator (Almería) han sido algunos de los puntos clave de su particular reconquista.

Arenas, a quien varias encuestas sitúan al frente de la lista más votada en Andalucía, no tiene más que pedir a Rajoy que pise su territorio para que acuda de inmediato. Hace tan sólo dos meses, el líder del PP viajó a Estepona (Málaga) a demostrarle su apoyo y ayer lo volvía a hacer. Lo que no pisa desde hace medio año es el País Valencià a la espera de ver cómo se resuelve la situación judicial de Francisco Camps.

Ayer, Rajoy acudió a un coso taurino, pero no era el valenciano. Se le notó que llegaba cansado después de una tournée por Melilla, Balears y Barcelona. Estuvo repetitivo. Mantuvo, en varias ocasiones, que su formación estaba 'abierta a todos': a los suyos y a 'todos los que se quieran sumar en el futuro'.

Dice no tener 'la más mínima duda' de que será presidente

Después, el líder del PP decidió centrarse en hablar de la crisis económica y del paro. 'Seis años de Zapatero nos han devuelto a 1996', dijo refiriéndose a la tasa de desempleo, que se acerca al 22% de entonces. 'Ese es su balance', destacó.

Rajoy defendió que lo que ahora toca hacer es 'una gran poda de la Administración pública'. Para él se trata de 'la gran asignatura pendiente' de la democracia y lo propuso como alternativa a la congelación de las pensiones.

Por otro lado, Arenas aprovechó el escenario en el que se encontraba para mostrar su fervor por las corridas de toros y para anunciar que pensaba celebrar la próxima reunión de su comité ejecutivo regional en Melilla.

Rajoy, que estuvo en la ciudad autónoma el pasado jueves, tuvo que medir sus palabras y gestos. Un día antes el Gobierno marroquí había criticado su visita y la había tachado de 'provocadora'. 'Nosotros vamos a ir porque somos andaluces y españoles sin complejos', destacó el también vicesecretario de política territorial del PP.

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