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Rota la unidad sindical en la Función Pública

Csi-Csif se desliga de CCOO y UGT por monopolizar la huelga

B. CARREÑO

La resaca de la primera huelga sectorial contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dejó ayer varios dolores de cabeza entre los líderes sindicales. A última hora de la noche del martes, el tercer sindicato en representación en la Función Pública, Csi-Csif, comunicaba que se desligaba de CCOO y UGT para continuar por separado sus protestas contra el recorte salarial.

Según explicó ayer su presidente, Domingo Fernández, en rueda de prensa, CCOO y UGT decidieron, unilateralmente, no dejarle leer un manifiesto en el cierre de la manifestación de Madrid. Cándido Méndez, líder de UGT, e Ignacio Fernández Toxo, líder de CCOO, fueron los encargados de realizar los discursos finales, en los que hicieron constantes referencias a la reforma laboral (que afecta al sector privado) y a la posibilidad de convocar una huelga general.

CCOO y UGT decidieron que nadie de Csif hablara en Madrid

Según Fernández, los dos sindicatos de clase trataron de utilizar la huelga para fines distintos a la defensa de los intereses de los funcionarios. Por eso, Csi-Csif prefirió no estar tampoco en la cabecera de la manifestación y portó su propia pancarta de forma separada.

Aunque el conflicto surgió un día antes de la jornada de paro, Csi-Csif, que tiene 165.000 afiliados, prefirió no comunicar su decisión para no perjudicar la marcha de la huelga ni romper la unidad sindical, aseguró Fernández. Con todo, el sindicato dice estar 'dolido' por la actitud de las otras centrales, máxime cuando Csif fue el primero en convocar oficialmente la huelga.

El secretario de la función pública de UGT, Julio Lacuerda, reconoció que se había decidido, junto con CCOO, que el presidente de Csif no realizara los discursos porque no estaba al mismo nivel jerárquico que Toxo y Méndez.

Los secretarios regionales de La Rioja llegaron a las manos

Lacuerda restó importancia al incidente y aseguró que es un 'ataque de cuernos' de la cúpula de Csif. Además, y pese a que el sindicato es reconocido oficialmente por el Gobierno como el tercer interlocutor válido en el Diálogo Social de la Función Pública, calificó a Csif de sindicato 'minoritario' y 'poco representativo'. 'Si nos acusan de utilizar la huelga para otros fines, también la utilizaron ellos cuando pidieron en la manifestación la dimisión de Zapatero', dice Lacuerda.

La consigna entre los dos sindicatos mayoritarios era no lanzar proclamas contra el Gobierno ni contra Zapatero. Esa estrategia fue rota por algunos manifestantes del Csif y de otros sindicatos minoritarios.

Las discrepancias entre sindicatos fueron a más en Logroño, donde los secretarios regionales de CCOO y UGT trataron de impedir que el de Csif estuviera en la cabecera, hasta provocar un conflicto que llevó a los participantes a agredirse. También en Málaga hubo altercados entre los representantes de las distintas organizaciones sindicales.

En opinión de Csif, muchos funcionarios no fueron a la huelga porque temían que CCOO y UGT manipularan la protesta del sector público.

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