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Rubalcaba se la juega hoy ante un Rajoy que acaricia la Moncloa

Los socialistas aspiran a iniciar en el cara a cara de esta noche una remontada que evite al menos una mayoría absoluta conservadora. El PP empieza el cortejo a CiU: Cospedal ya habla catalán en Barcelona

 

PERE RUSIÑOL

Tiene aires de gran cita futbolística, con 90 minutos de intensidad garantizada a partir de las 21.45 horas y en prime-time, 650 periodistas acreditados y retransmitido en directo por cuatro canales generalistas, siete autonómicos y cinco por satélite.

Pero, a diferencia de las grandes finales, en el cara a cara que esta noche enfrentará por única vez en toda la campaña al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba con el conservador Mariano Rajoy, el ganador no necesariamente se llevará el trofeo.

González y Lara evocan la imagen de Rajoy «en la tumbona»

Para Rubalcaba, el debate es su gran oportunidad para tratar de insuflar vida a una campaña que todas las encuestas daban ya por decidida antes incluso de bajar del autobús. Y para Rajoy, los 90 minutos son quizá el último gran obstáculo que debe superar para poner fin a la larguísima travesía del desierto y conquistar la Moncloa tras dos fracasos y ocho años de retraso respecto a los planes que un día anotó en su famoso cuaderno azul José María Aznar.

Con una diferencia en los sondeos que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) calcula en casi 17 puntos y hasta 79 escaños, al candidato socialista no le basta con ganar. Y a su rival conservador, un simple empate le acercaría al momento soñado de levantar el trofeo el 20-N.

Pero, aunque el debate de esta noche no parezca que vaya a tener la épica de los duelos televisivos que obligaron a cambiar el guión de la historia escrita antes de tiempo no sólo en el tantas veces evocado duelo de Kennedy y Nixon en EEUU y que el efecto real sobre el voto sea, según todos los estudios, limitado, los candidatos y sus equipos coinciden en señalar en rojo las 21.45 de hoy como el momento cumbre de la campaña.

Los minoritarios avisan de que el debate de hoy fomenta el bipartidismo

Rubalcaba difícilmente llegará a La Moncloa con una victoria sólo por la mínima, pero cualquier triunfo, incluso por los pelos, podría ayudarle mucho en su intento de recuperar al menos a parte de los indecisos del campo propio y aspirar aún a evitar la mayoría absoluta conservadora, lo que le apuntalaría como referencia del PSOE tras el 20-N. Y en el PP todo el mundo conoce bien los peligros que corren los equipos que saltan al campo con el objetivo de empatar.

La gran importancia que ambos candidatos conceden al debate la evidenciaron al encerrarse ayer con su núcleo más cercano para prepararlo, mientras los candidatos de todos los demás partidos y también organizaciones vinculadas al 15-M, como Democracia Real Ya lamentaron que el debate clave se restrinja a dos opciones, lo que a su juicio fomenta el bipartidismo.

Gaspar Llamazares, ahora candidato de IU en Asturias, fue de los más tajantes invitando a los electores a apagar el televisor. Tampoco se anduvo con rodeos Rosa Díez, líder de UpyD: dijo que el debate no sirve para presentar ideas, sino 'para ver cuál de los dos gallos gana la pelea'.

Rubalcaba se enclaustró tras un mitin en Valencia de nuevo junto a su 'mentor', Felipe González en el que invitó a los suyos a 'dar la cara' y pelear para movilizar a la izquierda. Y Rajoy se esfumó incluso un día antes, el sábado a mediodía, lo que dio pie a varios dirigentes progresistas a recurrir a la imagen del líder conservador como demasiado perezoso para los duros tiempos que se avecinan.

Felipe González relacionó el hecho de que su último acto de campaña fuera el del sábado a mediodía con su 'indolencia, su capacidad de reposo, su aire de casino del siglo XIX jugando la partida'. Incluso insinuó con ironía que Rajoy en realidad paró su campaña para ver tranquilo al Real Madrid. Y desde Sant Adrià de Besós (Barcelona), el candidato de IU, Cayo Lara, evocó una imagen parecida del hombre que según todos los sondeos deberá lidiar con una crisis económica sin parangón desde la Gran Depresión originada en 1929: 'Ha estado viendo desde la tumbona y con el purito como caía el Gobierno', afirmó.

Fuera de foco por voluntad propia, el líder del PP decidió que ayer las luces de su formación iluminaran a su número dos, María Dolores de Cospedal. Y de nuevo en dirección a Catalunya, el gran agujero negro histórico del PP que Rajoy sufrió en carne propia en 2008 al quedar 17 escaños por debajo de los socialistas en esta comunidad, cuando la diferencia total a favor de los socialistas en el Congreso de los Diputados fue sólo de 15.

Pero el acto que Cospedal celebró ayer en Badalona no fue un mero trámite destinado a cubrir el expediente ante la falta del número uno, sino que tuvo una doble carga simbólica importante: el apoyo entusiasta de Génova a Xavier Garcia Albiol, quizá el cargo institucional en España con un discurso más duro en inmigración sus críticos y las ONG le acusan directamente de xenofobia, y, sobre todo, unas palabras aparentemente inocentes y simpáticas de la secretaria general: 'Jo estimo Catalunya'.

Las pronunció así, en catalán: activó un resorte de cuando José María Aznar cortejaba a Convergència i Unió (CiU) tras su victoria por los pelos en 1996 y declaraba en televisión que él hablaba catalán en la intimidad, la antesala del pacto del Majèstic que le convertiría en presidente.

En 1996, Aznar pedía en campaña una mayoría rotunda para no depender de los nacionalistas catalanes '¡Pujol, enano, habla castellano!', le jaleaban sus seguidores y CiU eligió como lema '¡Plantaremos cara!'. Ahora, Rajoy llega a las urnas tras una sentencia del Tribunal Constitucional que recortó el Estatut por un recurso que él mismo impulsó, y CiU se presenta con la propuesta estrella de 'pacto fiscal', quizá su apuesta formalmente más rupturista en unas elecciones generales.

El gesto de Cospedal no sólo prefigura la voluntad del partido de ir hacia un Majèstic-II en el caso de que llegara a necesitarlo, sino que el PP trata de enfundarse la misma camiseta que lució en su mejor época en Catalunya, tras el pacto con CiU y con Josep Piqué como referente.

Piqué vuelve a estar en las quinielas como potencial ministro de Economía y la cúpula del PP en Génova ya no deja el catalán sólo para la intimidad: nadie duda qué camiseta llevará esta noche Rajoy cuando salte al campo en el partido de su vida.

550.000 euros pagarán quienes emitan

Es el coste estimado del único cara a cara, que pagarán proporcionalmente las cadenas de televisión que emiten el debate. El reparto se hace en función de la audiencia que tengan. La Academia estima que TVE aportará el 32% y Antena 3, el 27%, aproximadamente. La cadena pública estima que será un poco más y tendrá que desembolsar en torno a 225.000 euros.

98 minutos reales de debate

Está previsto que el cruce Rubalcaba- Rajoy comience a las 21.46 y que finalice 120 minutos después. Sin embargo, de debate real habrá 98 minutos distribuidos en tres bloques: economía y empleo, políticas sociales, y política exterior y democracia. Los candidatos tendrán también dos minutos cada uno para presentarse y otros tres, de despedida.

Doce minutos de descanso

El debate se interrumpirá una sola vez, aproximadamente casi en el ecuador del encuentro.Los candidatos tendrán oportunidad de hablar con su equipo y recibir las primeras valoraciones. Serán doce minutos, entre las 22.34 y las 22.46.

Seis asesores por candidato

Cada uno de los candidatos podrán estar en el camerino con seis asesores. Estos no podrán estar con Rubalcaba y Rajoy en el plató del Palacio Municipal de Congresos, construido para la ocasión, al que sólo accederán los candidatos y el moderador, Manuel Campo Vidal, además del equipo técnico.

18 cámaras de televisión

Más de un centenar de personas han trabajado en la preparación del programa y 18 cámaras tomarán las imágenes, aunque un par más estarán listas por si acaso algo falla.

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