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Sanos y salvos tras nueve meses presos de Al Qaeda

'Estamos felices, es un gran día para nosotros', dice el cooperante Vilalta al terminar su cautiverio. Al Qaeda presenta la liberación como una 'lección' para Francia

T. DEIROS/A.GUTIÉRREZ

'Estamos felices, es un gran día para nosotros'. Un sonriente Albert Vilalta, liberado junto con su compañero Roque Pascual tras 267 días de secuestro, condensó así el sentimiento que se había apoderado de todo el país al confirmarse a mediodía que ambos estaban sanos, salvos y de camino a casa. La primera declaración pública de Vilalta tras casi nueve meses en manos de Al Qaeda se produjo a media tarde ante los periodistas que habían aguardado su llegada en el aeropuerto de Uagadugú, la capital de Burkina Faso. Los cooperantes llegaron acompañados de Mustafa Chafi, el mediador, que viajó con ellos en el helicóptero que los traslado hasta allí. Los tres habían partido de un lugar indeterminado de Mali y tomaron tierra en Uagadugú tras hacer escala sobre las 17.15 horas de en Gorom-Gorom (Burkina) para repostar y para que los recién liberados pudieran comer, lavarse y afeitarse, confirmaron fuentes del Gobierno.

En la capital burkinesa, los dos cooperantes de Acció Solidària fueron recibidos por el presidente del país africano, Blaise Compaoré, a quien el jefe del Gobierno español llamó para agradecerle sus gestiones. Mustafa Chafi, de origen mauritano, es consejero de Compaoré.

Zapatero comunicó también la liberación a Alicia Gámez, la otra cooperante que recuperó la libertad el 10 de marzo. El presidente subrayó en una comparecencia en la Moncloa que en estos nueve meses el Gobierno 'ha multiplicado su actividad política, diplomática y de los servicios de inteligencia para su liberación'.

Zapatero celebró el fin 'de una acción terrorista que nunca se debió haberse producido'

A bordo de un Falcon y a las 20.30 (hora española), los dos cooperantes partieron desde Uagadugú con rumbo a Barcelona en compañía de sus esposas y de la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez. Un psicólogo, un médico y agentes del CNI completaban el pasaje.

La euforia relevó a la incertidumbre una vez que, pasado el mediodía, el Gobierno confirmó oficialmente la liberación de Albert Vilalta y Roque Pascual. 'Están libres', fueron las primeras palabras que, con alivio visible y satisfacción, pronunció Zapatero para anunciar el fin de 'una acción terrorista que nunca debió haberse producido'. La confirmación del Gobierno llegó veinte horas después de que saltara la noticia de la liberación y el Gobierno contuviese el aliento porque todavía quedaba una porción de riesgo. Cuando el presidente compareció a las 14.15 en la Moncloa, el mediador Mustafa Chafi ya había confirmado el éxito de la operación.

Chafi contó a la web mauritana Sahara Media que en ese momento viajaba con los dos cooperantes en un helicóptero hacia Uagadugú. 'Los dos hombres se encuentran en buen estado de salud', explicó Chafi, cuyo papel en el desenlace del secuestro ha resultado crucial. El aspecto de Vilalta y Pascual en el aeropuerto de la capital burkinesa confirmó luego lo dicho por el mediador.

Detrás quedaba una pesadilla de 267 días, un largo y peligroso viaje hacia la libertad por carreteras de Mali infestadas de terroristas y traficantes, y varias incógnitas, entre ellas si hubo pago de rescate. Y, sobre todo, la de si la vida de los dos rehenes pendió de un hilo tras el frustrado ataque lanzado el 22 de julio por Francia y Mauritania para liberar al cooperante galo Michel Germaneau, que fue finalmente asesinado.

El diario progubernamental maliense L'essor publicó hace días que la ejecución del rehén francés había provocado que el grupo que retenía a los españoles sufriera presiones para asesinarlos por parte de la otra célula que actúa en el Magreb, la que acabó con la vida de Germaneau. El diario reproducía, sin citarla, una información de France Presse.

Los liberados viajaron anoche a Barcelona desde Burkina Faso

Secuestrado por una facción de AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) más radical de la que el 29 de noviembre de 2009 había tomado como rehenes a los cooperantes españoles, Germaneau fue asesinado el 25 de julio por sus captores, sicarios del jeque Aldelhamid Abu Zeid. Siempre según L'essor, a consecuencia del asalto francés, en el que murieron siete yihadistas, Zeid instó al emir Mojtar Belmojtar 'la ejecución de los españoles' que había secuestrado.

La extradición a Mali, el 16 de agosto, de Omar Saharaui, el mercenario que organizó para Al Qaeda el secuestro, precipitó la liberación.

Las circunstancias que han rodeado la liberación explican la demora del Gobierno en confirmar el final del secuestro. De hecho, cuando Zapatero lanzó su declaración, aseguró que los dos cooperantes habían permanecido en manos de Al Qaeda '268 días', pese a que fue el domingo cuando emprendieron el camino a casa. Zapatero, que no admitió preguntas, repartió elogios a todos los funcionarios y autoridades implicados y agradeció su actitud a los familias de los cooperantes, especialmente en los momentos más duros. El president José Montilla aseguró en otra comparecencia sentir 'felicidad' por el regreso de los dos cooperantes, a quienes fue a recibir a El Prat.

La célula de Al Qaeda que secuestró a los tres españoles también ha hablado. En un comunicado en audio enviado al diario El País, los terroristas vinculan la liberación con la satisfacción de 'algunas de sus exigencias'. En la grabación, los secuestradores aseguran además que la forma en que han gestionado la resolución del rapto el Gobierno y los servicios secretos españoles 'es una lección para los servicios secretos franceses', en alusión a la fallida operación de rescate de Germaneau, que precipitó su ejecución.

El juez Fernando Andreu, que investiga el secuestro de Alicia Gámez, Albert Vilalta y Roque Pascual en Mauritania, tiene previsto tomarles declaración una vez que los dos últimos liberados regresen a España. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional hará un ofrecimiento legal a los tres cooperantes por si quieren personarse en la causa. Asimismo, solicitará a las Fuerzas de Seguridad un informe en el que le detallen las circunstancias del secuestro y si tienen algún dato que acredite que los captores han percibido algún rescate. 

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