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Terapia de grupo

'¿Cómo vamos? Resistiendo, que es lo que toca...'

G. L. A.

La jornada organizada para conmemorar '100 años de los socialistas en el Parlamento' derivó en una suerte de terapia de grupo, con González y Zapatero en el papel de psicoanalistas de cabecera. Su pertenencia a escuelas diferentes afloró en sus diferentes técnicas para lograr un propósito compartido: el refuerzo de la autoestima colectiva.

El ex presidente del Gobierno, que tuvo que soportar en diferentes momentos de su largo mandato la inclinación melancólica de la tribu socialista y en más de una ocasión tirar del carro en solitario, diagnosticó a los suyos una 'depre colectiva', que intentó combatir a base de enfatizar que, por más que pueda parecer lo contrario, el actual 'es uno de los momentos menos malos de nuestra historia'. Desde su atalaya de haber sido el tercer presidente del Gobierno salido de las filas del PSOE le precedieron Francisco Largo Caballero y Juan Negrín y su líder más duradero, recordó que la historia del partido tiene muchos más periodos de oposición que de Gobierno y que cuando él ganó por primera vez las elecciones, en 1982, la renta per cápita en España era de 4.500 dólares mientras que ahora, a pesar de la crisis, es de 34.500.

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Zapatero, aunque en privado ha confesado que percibe un estado de aflicción en su partido, eligió una terapia que se acomoda mejor a su condición de optimista: 'Por cierto, Felipe, de depre ¡nada! No estamos nada deprimidos los socialistas. Estamos con toda la fuerza y todas las ganas'.

Parte de esa fuerza, que por el método inductivo intentó insuflar Zapatero a las huestes socialistas, se transmitió ayer por vía intergeneracional, como quedó plasmado en la instantánea del ex ministro Javier Moscoso llegando del brazo de su hijo Juan Moscoso, diputado por Navarra. Pero también debió ocurrir cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se encontró con José Barrionuevo y José Luis Corcuera, que le precedieron en el Ministerio del Interior en años que fueron de los más sangrientos de ETA. O cuando Trinidad Jiménez, que en 2002 desempeñó una mediación determinante para sentar a la misma mesa a González y Zapatero, se encontró con la ex ministra de Sanidad Ángeles Amador. O cuando Javier Solana acompañó a Miguel Ángel Moratinos como escolta de los dos number one.

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Pero de todas las parejas que se formaron ayer, quizás la más llamativa y simbólica fue la que compusieron Alfonso Guerra y José Bono, que intervinieron como oradores en la sesión matinal. Enemigos irreconciliables después de haber sido Bono el primer guerrista y el primer antiguerrista, ayer no sólo se les pudo ver sentados codo con codo, sino hasta bromear.

Uno de los diálogos que más se repitieron entre los parlamentarios en ejercicio y los ya jubilados, fue el siguiente:

¿Cómo vamos?

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Resistiendo, que es lo propio...

A pesar de que toque resistir, los veteranos no pudieron reprimir la nostalgia. A los que se quedan, les reconfortó el recuerdo de que, como quiso subrayar Eduardo Madina, número dos del Grupo siendo de la quinta del biberón del zapaterismo, en 1910 el PSOE tenía un diputado y hoy dispone de 169. Pablo Iglesias obtuvo su credencial con 40.899 votos, mientras que el PSOE cuenta hoy con la fuerza de los 11.282.335 votos recibidos en las últimas elecciones generales. Y, pese a no disponer de mayoría absoluta, como recordó Alonso, de más de 1.800 votaciones en lo que va de legislatura, sólo han perdido 22.

 

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