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Tomás Gómez da un giro de izquierdas a su discurso en Madrid

Subraya que su apuesta ahora pasa por unos servicios públicos capaces de competir con el sistema privado

JUANMA ROMERO

“La política no es otra cosa que convertir los sueños en realidad”. Fue la frase con la que Tomás Gómez, el líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), arrancó ayer su intervención en un desayuno organizado por el Fórum Europa. Pero esos sueños, por lo que ayer dejó traslucir, están ahora algo más a la izquierda. Un paso significativo, porque Gómez, durante su etapa como alcalde de Parla (Madrid), no había renegado de la privatización, y después, ya como secretario general del partido, había impreso un toque más liberal a su programa. “Creo en los servicios públicos. Soy usuario”, dijo. Es más, han de convertirse en la “vara de medir” de la gestión en Madrid.

Introdujo un matiz diferenciador: no se trata de defender los servicios públicos porque sí. Hay que “mejorarlos” para que sean “capaces de competir” con el sistema privado, hasta el punto de que los más desconfiados los prefieran por su “calidad”.

Gómez anunció que, si llega al Gobierno regional, promoverá una “revolución educativa”, garantizando la educación infantil gratuita de 0 a 3 años. Para la sanidad pública ofreció “más recursos y mejor organización”, desechando todo “dirigismo político”. 'No quiero que me opere el militante más antiguo del PSOE, ni mucho menos el militante más antiguo del PP. Quiero que me opere el mejor cirujano', ilustró. Además, hizo un gesto hacia la otra izquierda. Llamó 'aliados' a los dirigentes de IU –al desayuno acudieron los candidatos a la Comunidad y al Ayuntamiento de la capital en 2011, Gregorio Gordo y Ángel Pérez–, con los que mantiene una 'relación estupenda'. 

A la salida, varios dirigentes apreciaron un “giro a la izquierda”. De hecho, apuntaron, su entorno más íntimo se lo aconsejó. Otros, como la portavoz en la Cámara regional, Maru Menéndez, creen que Gómez no se ha movido desde que asumió el liderazgo del PSM.

“Claro que ha recibido un toque –decía el crítico César Giner, responsable de la Plataforma Socialistas por el Cambio–. Pero es insuficiente. Corremos el riesgo de avanzar por la derecha y mientras ir perdiendo a los votantes de izquierda. Tomás no se pronuncia sobre temas básicos, como qué modelo de gestión quiere de la sanidad, o precisar que entiende lo público como prioritario y lo privado no en pie de igualdad, sino subsidario”. Giner echó en falta 'medidas más concretas respecto del cambio de modelo productivo y de la reforma del mercado laboral', y también dejar más clara 'la estrategia de participación de Caja Madrid en las empresas'. En resumidas cuentas, los críticos entienden que Gómez animó un 'planteamiento algo elitista'. 

 

Tomás Gómez envió ayer otro mensaje, este a la dirección federal del PSOE: “Ni [José Luis Rodríguez] Zapatero me ha dicho que vaya a ser candidato ni [José] Blanco que no. Tienen que decidirlo los socialistas madrileños. El PSOE es un partido serio que no ningunea a sus dirigentes”.

Gómez busca hacerse fuerte, mostrar autonomía frente a una ejecutiva federal que aún no le ha designado aspirante a la Comunidad de Madrid para 2011, reivindicar independencia frente al número dos del PSOE, Blanco, con quien se ha enfrentado en numerosas ocasiones. El lunes aún mostró más distancia: “El PSM –dijo aquel día– no es el patio trasero ni el jardín de atrás de Ferraz”.

El líder de los socialistas madrileños recalcó ayer que no tenía 'miedo' a las primarias, y que de hecho él ya se enfrentó en una contienda interna a Rosa Alcalá, que ahora es secretaria general del Grupo Socialista en la Asamblea regional. '¡Viva la democracia interna!', proclamó. 'Habrá primarias si hay más de un candidato, y eso no depende de mí', remachó, retando a los críticos a que prueben sus fuerzas y presenten una candidatura alternativa. 

La otra duda se refiere al aspirante a la Alcaldía de la capital. Gómez ya ha dado en sucesivas ocasiones apoyo al actual portavoz municipal, David Lucas, de quien alabó su 'trabajo' ingente en el Ayuntamiento. 'Empieza a tener cara de alcalde', bromeó.

 

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