El Tribunal Supremo ha admitido a trámite una nueva querella contra el juez Baltasar Garzón y ya van tres por haber abierto la primera causa penal contra los crímenes franquistas. Con esta decisión, Falange Española de las JONS, heredera oficial del que fue partido único durante el franquismo, se suma a los acusadores del magistrado de la Audiencia Nacional, el autodenominado sindicato de funcionarios Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad, ambos de corteultraderechista.

El Alto Tribunal considera 'palmario' que la querella presentada el pasado 1 de septiembre por Falange 'es en todo punto coincidente con las previamente presentadas y admitidas a trámite' de Manos Limpias y Libertad e Identidad, porque los hechos que las tres describen 'coinciden sustancialmente'.

El fiscal se oponía a la admisión a trámite al no apreciar delito

Por eso, la Sala de Admisión del Supremo la ha acumulado a las anteriores y obliga a Falange a compartir abogado con las otras acusaciones. Será el instructor del procedimiento, el magistrado Luciano Varela, el que fije la fianza que el partido de corte fascista deberá pagar para poder ejercer la acusación. A Manos Limpias se le impusieron 6.000 euros.

Como en las dos querellas anteriores, de nada ha valido que el fiscal haya informado en contra de su admisión, porque 'no hay atisbo de actuación prevaricante en ninguna de las resoluciones' dictadas por Garzón en la instrucción de la primera causa penal contra los crímenes franquistas.

La decisión del Alto Tribunal, que ayer no había sido notificada al juez Garzón, llevó a su abogado, Gonzalo Martínez-Fresneda, a preguntarse 'cómo se explicaría en Alemania, por ejemplo, que se tramitara una querella del partido neonazi contra un juez que hubiera intentado investigar los crímenes del nazismo'.

La defensa confía enque España pueda explicar este caso a sus socios europeos

Una Transición peculiar

'Por mucha peculiaridad que se reconozca a nuestra Transición, este hecho no deja de ser chocante', afirmó el letrado, que dijo confiar en que el Gobierno esté preparado para explicar a sus socios europeos, ahora que ha asumido la presidencia europea, 'estaspeculiaridades'.

El procedimiento está en manos del magistrado Luciano Varela, que debe decidir si archiva las actuaciones ante la inexistencia del delito de prevaricación imputado, como ha solicitado en reiteradas ocasiones la defensa, que califica de 'inquisitorial' la instrucción realizada. La otra opción es sentar en el banquillo de los acusados al juez Garzón. Si el instructor opta por esta última posibilidad, previsiblemente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suspenderá cautelarmente al magistrado.

El Alto Tribunal también tiene en sus manos otras querellas contra el juez de la Audiencia. Una es la relativa a la financiación por parte del Banco Santander de los cursos que impartió en Nueva York. El Supremo aún debe decidir si la admite a trámite o la rechaza. La otra se refiere a la instrucción del caso Gürtel.