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Zapatero plantea un "gran debate" sobre el bienestar

La plana mayor del PSOE alaba como un «revulsivo» los cambios en el Gobierno, pero teme que la estabilidad política se quiebre con un revés en los comicios municipales de mayo de 2011

GONZALO LÓPEZ ALBA

La plana mayor del PSOE alabó la remodelación del Gobierno como 'un revulsivo', que debe servir de instrumento para 'la remontada' ante la cita 'trascendental' de las elecciones municipales y autonómicas de 2011. Esa mezcla de entusiasmo e inquietud fue el estado de ánimo generalizado que se percibió en la reunión del comité federal y también en las cafeterías aledañas a la sede del PSOE, donde suelen citarse los dirigentes del partido para desayunar. La sonrisa volvió a la cara de los socialistas, pero como advirtió el navarro Roberto Jiménez, subyace el temor a que sea como la burbujas del champán y el efecto se disipe en mayo.

José Luis Rodríguez Zapatero, consciente de que los suyos le reclamaban 'impulso e iniciativa', compareció ante el comité federal con 'los deberes hechos', tras cerrar un pacto de estabilidad parlamentaria con el PNV y Coalición Canaria y llevar a cabo una profunda remodelación del Gobierno, largamente esperada y hasta reclamada a micrófono abierto. 'Viendo las caras del PP, parece muy claro que hemos acertado en la decisión de cambiar el Gobierno y en la orientación. ¡Qué nerviosos se han puesto con el nombramiento de Alfredo [Pérez Rubalcaba] como vicepresidente y portavoz! Hemos pillado a Rajoy por sorpresa, lo cual no es ninguna sorpresa', dijo el presidente, regodeándose en 'el gran impacto político' de lo que, según reconoció, era una demanda de su partido y de la mayoría de la sociedad.

Zapatero consumió mucho tiempo en agradecer la entrega de los ministros salientes y explicar que la prioridad de los cambios es conseguir 'que la mayoría de la sociedad comparta que las reformas van en la dirección adecuada', porque así 'serán más sólidas y producirán efecto antes'.

Pero el núcleo de su discurso, y de lo que será la acción del Gobierno para la 'nueva etapa', fue el anuncio de 'una nueva agenda social'. Lo tradujo en 'una profunda renovación de algunos pilares de nuestro Estado del bienestar', para 'adecuar la protección social a los cambios que las reformas económicas como consecuencia de la crisis van a operar'.

'Se trata de atender a aquellos que más dificultades van a tener'

El presidente no fue muy explícito sobre su contenido, más allá de subrayar su preocupación por los sectores que pueden quedarse descolgados en la salida de la crisis. 'Se trata de atender a aquellos que más dificultades van a tener y en hacer políticas sociales productivas. Tendremos que hacer una nueva agenda social que actúe directamente ante los parados de larga duración, en la formación y en las políticas de familia para favorecer la conciliación como un camino imprescindible para la incorporación al mercado de trabajo de las mujeres', señaló en su referencia más concreta.

Zapatero sostuvo que sólo con 'un gran diálogo nacional' se podrá conseguir ese objetivo, que 'nos va a exigir esfuerzo de ideas, de creatividad y de innovación, pero también diálogo con toda la sociedad'. Sin embargo, en la intervención con la que cerró la cumbre socialista evitó responder a las demandas de los portavoces de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio y José Antonio Pérez Tapias, para que se entable una 'negociación real' con los sindicatos y se recupere la aparcada reforma de la ley de libertad religiosa.

El líder del PSOE volvió a exhibir el espíritu de Ponferrada para infundir moral de victoria a los suyos. 'Año y medio es suficiente. Rajoy seguirá en la oposición cuatro años más, a partir de 2012 . Todo va a depender de nosotros', dijo Zapatero a su plana mayor.

Sin embargo, no todos compartieron su euforia. La tormenta interna a la que apuntaban declaraciones realizadas antes del cambio de Gobierno por algunos barones, como el castellano-manchego José María Barreda, quedó finalmente en una pequeña marejada. Pero el oleaje fue suficiente para dar idea de la entidad que podría haber alcanzado sin el cambio de ritmo hecho por Zapatero en la última semana. De hecho, algún barón confesó a Público que, antes del cambio de Gobierno, había elaborado para una intervención en la que iba a reclamar 'más liderazgo, iniciativa política y pulso'. Este secretario regional recompuso su discurso, pero a algunos de sus compañeros pareció no haberles dado tiempo a recoger la cometa que habían lanzado en las semanas anteriores.

Fueron varios los secretarios regionales que alertaron de que la estabilidad que Zapatero da ya como un valor político seguro, tras el pacto con PNV y CC, puede quebrarse en mayo de 2011, en función de la entidad del revés que se espera en las elecciones autonómicas, pero sobre todo en las municipales. La advertencia fue especialmente clara en boca de Barreda y del lehendakari Patxi López. Pero estuvo también en el trasfondo de otras intervenciones. Zapatero reconoció la relevancia de la cita, pero recordó que hay precedentes de todo tipo, de modo que el resultado en esas elecciones no predice de forma automática el de las generales.

Los barones reclamaron, con distintos estilos, que se les escuche y tenga en cuenta. El más contundente fue Barreda, quien, con apoyo del extremeño Guillermo Fernández Vara, pidió la convocatoria del Consejo Territorial que él preside y apenas se reúne.

'Los secretarios regionales no deben estar sólo para recibir instrucciones'

'Los secretarios regionales no deben estar sólo para recibir instrucciones, sino también para formar parte del diseño de la estrategia política', dijo Barreda. 'Además de una polifonía de voces, tiene que haber más territorio, porque Madrid no es España', señaló el andaluz José Antonio Griñán. Y Vara no sólo reclamó 'que se nos explique lo que hacemos y por qué', sino que también se quejó de haberse enterado por los medios de comunicación del nombramiento de Marcelino Iglesias como secretario de organización.

El valenciano Jorge Alarte llamó a 'ser conscientes de la realidad', porque 'la realidad es que no tenemos ni un problema menos' que hace una semana, aunque sí 'un mejor instrumento para la batalla'.

Pero si alguien se salió del guión oficial fue el madrileño Tomás Gómez, que acudió al comité federal como flamante vencedor de unas primarias contra el aparato federal. El candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid reclamó a Zapatero que aclare 'cuanto antes, ya', si será candidato en 2012. Eso fue lo que él mismo trasladó a los medios de comunicación, aunque varios de sus compañeros negaron haberle oído otra cosa que expresiones de apoyo a Zapatero, con lo que el malestar hacia él se acentuó.

Sin señalar a nadie con el dedo, pero de manera suficientemente explícita para que todos lo entendieran, el navarro Roberto Jiménez dijo que las 'deslealtades internas, las faltas de cohesión o ponerse de lado en momentos de dificultad, son actitudes que generan desánimo en nuestras bases y en nuestro electorado'.

En esta situación emerge en un papel de especial relevancia Marcelino Iglesias, investido como secretario de organización por asentimiento del comité federal, en sustitución de Leire Pajín. La nueva ministra pasará a ocupar la vacante de vocal que deja Eva Almunia, candidata electoral en Aragón.

 'El presidente está fuerte como nunca y con ganas como nunca'

Zapatero, al hacer la propuesta, ensalzó la 'capacidad de cohesión' de Iglesias, aunque algunos barones temen que 'la política' le distraiga de las tareas específicamente organizativas. Por lo pronto, Iglesias dio muestras de que, a pesar de que hasta mayo tendrá que compatibilizar sus nuevas funciones con la presidencia de Aragón, está dispuesto a ejercerlas en plenitud.

El nuevo número tres confirmó que mañana mismo empezará a ejercer como portavoz oficial de la ejecutiva, aunque se propone repartir juego. Y, aunque el vicesecretario general, José Blanco, quería participar en el comité federal de listas, Iglesias ha reclamado y obtenido también esta competencia que le otorgan los estatutos.

En su debut oficioso como portavoz, resumió el comité federal en los siguientes términos: 'Algunos consideraban que el partido había terminado. No, hay segundo partido y habrá remontada. El presidente está fuerte como nunca y con ganas como nunca, con una capacidad de reacción que va a sorprender a muchos'.

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