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Zapatero rechaza que girase a la derecha obligado por la crisis

'No hay un cambio de rumbo, sino responsabilidad para evitar un riesgo gravísimo', señala

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

'No hay dos Zapateros, no; lo que hay son dos circunstancias radicalmente distintas en la situación económica. No hay un cambio de rumbo'. El jefe del Ejecutivo se defendió así de quienes, desde la izquierda minoritaria, culpan al Gobierno de haberse protegido de la crisis bajo un paraguas de reformas neoliberales que 'en lo político, sólo sirven para hacerle el trabajo a la derecha y ponerle la alfombra azul en las próximas elecciones', según reprochó el portavoz del BNG, Francisco Jorquera.

'Le emplazamos a que cambie. Sólo defendiendo la preeminencia de lo público sobre lo privado, la soberanía de la política sobre el mercado es posible el cambio de rumbo. Escuche a los ciudadanos y ponga el freno al catálogo de reformas antisociales', completó el diputado nacionalista al arrancar la segunda jornada del Debate sobre el Estado de la Nación.

'No hay un cambio replicó Zapatero, hay decisión y responsabilidad en la toma de medidas para evitar un riesgo gravísimo para la economía española'. El pragmatismo se adueñó con esta fórmula del discurso de Zapatero en sus últimas réplicas. Liberado el debate del corsé de expectación de su primer día, el jefe del Ejecutivo se sinceró, también en respuesta al BNG y a propósito de la reforma de las pensiones: 'A nadie le gusta decir que de aquí a 13 años la edad legal va a ser de 67 años, no es un plato agradable, pero que nadie piense que sólo responde a ideología'.

Las circunstancias añadidas la 'realidad demográfica' mandan, vino a justificarse Zapatero. De no haber actuado sobre el sistema, 'en diez o 15 años, no habrían salido las cuentas para pagar las pensiones'. 'La realidad también obliga a la izquierda', advirtió a Jorquera.

El portavoz del BNG reprochó al líder del PP, Mariano Rajoy, su ausencia. El escaño del jefe de la oposición permaneció vacío parte de la mañana después de llegar al Congreso pasadas las diez, una hora después del comienzo de la sesión. El pasado año se tomó la jornada libre de obligaciones en el Parlamento y ni siquiera acudió al Congreso.

El Grupo Socialista homenajea al presidente, que muestra su 'gratitud'

La responsable de CC, Ana Oramas, también recriminó a Rajoy su indolencia antes de brindar al jefe del Ejecutivo un abrazo que acabó siendo aplaudido por los escaños del PSOE: 'No es infalible, pero puede mirar a los ojos de los españoles porque ha trabajado para el país'.

Fue un oasis fugaz. La portavoz de UPyD, Rosa Díez, elevó la temperatura disparando contra Zapatero con la pólvora del terrorismo a cuenta del éxito de Bildu: 'Me adhiero a la denuncia de Rubén Múgica hijo del concejal socialista asesinado por ETA, Fernando Múgica. Los responsables tenéis nombre y apellido. El principal responsable es usted, señor Zapatero, y no habrá días en el calendario para perdonar lo que ha hecho'. El jefe del Ejecutivo pasó por alto en su réplica estas acusaciones.

Desde UPN, Carlos Salvador liquidó el turno del Grupo Mixto. 'Navegamos sin rumbo histórico, no sabemos si quiera qué país queremos ser', lamentó.

Todos los intervinientes con más o menos convicción aprovecharon el debate para firmar su despedida a Zapatero. El portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, prologó con su discurso el aplauso de la bancada socialista puesta en pie. El PSOE regaló al jefe del Ejecutivo algo más que un afecto de oficio en el cierre de diez horas y dos días de debate de política general.

Rajoy llega una hora tarde a la segunda jornada del debate de política general

En la tribuna, Zapatero mostró a sus parlamentarios su 'gratitud'. 'Estamos orgullosos y lo estaremos hasta el final', le abrazó Alonso desde la tribuna, para aplaudir a quien 'ha sabido gobernar cuando las cosas iban bien y ha tenido el coraje de hacer lo correcto cuando las cosas se han puesto mal'.

El portavoz socialista acababa de contraponer a Zapatero y a Rajoy, al Gobierno y a la oposición, como dos modelos antagónicos 'de entender la política: mientras el PP se ha limitado a mostrar su obsesión por el poder, los socialistas nos estamos dejando la piel por los ciudadanos y el país', concluyó Alonso.

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