Maserati Quattroporte Diésel
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El motor V6 3.0 de 275 CV ha sido desarrollado por Maserati Powertrain para esta berlina que consume 6,2 litros.

Dotar de cuatro puertas a un vehículo deportivo fue todo un reto logrado por Maserati en 1963, que iniciaba un nuevo segmento al que luego se apuntaron otras marcas de lujo. A lo largo de cinco generaciones, el ‘buque insignia’ del fabricante del tridente ha marcado numerosos hitos en cuanto a lujo y deportividad, pero también lo hace desde el punto de vista tecnológico y del respeto al medio ambiente al introducir una variante con motor diésel que implica unas cifras realmente bajas de consumo y emisiones.

El planteamiento de una mecánica diésel hace unas décadas era algo impensable en un vehículo del segmento F, pero la evolución de estas motorizaciones y el buen nivel de prestaciones que ofrecen han animado a la mayoría de fabricantes a incluir esta posibilidad, aunque el Quattroporte se sigue comercializando los potentes motores V6 y V8 Twin Turbo para quienes no renuncian a ciertos placeres.

El motor elegido para mover a la versión más ahorradora del Quattroporte –desde 107.000 euros- es un V6 3.0 con turbocompresor desarrollado por Maserati que entrega una potencia de 275 CV (202 kW) y un par motor de 600 Nm desde las 2.000 rpm. Alcanza una velocidad máxima de 250 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y logra un consumo de tan sólo 6.2 litros a los 100 kilómetros con unas emisiones de CO2 de 163 g/km, lo que supone una reducción del 35% respecto al V6 de gasolina tracción trasera.

Utiliza la tecnología más avanzada para lograr un funcionamiento suave, aunque es contundente en la entrega de potencia al pisar a fondo el acelerador. Lleva la sofisticada inyección directa Common Rail que trabaja a una presión de 2.000 bares, inyectores con dwell time reducido para proporcionar inyecciones secuenciales múltiples y también se emplea la tecnología Start-Stop para contribuir a una reducción del consumo de combustible y emisiones en recorridos urbanos. El turbocompresor es de geometría variable dotado de rodamientos de bolas cerámicas que reducen las pérdidas por rozamiento y ofrecen una excepcional respuesta en frío.

Mide 5,26 metros de longitud, tiene un maletero con una capacidad de 530 litros y el peso final de esta gran berlina deportiva es de 1.885 kilos –similar al V8 gasolina-, una cifra que permite hacernos una idea del importante trabajo para reducir el peso que han realizado los técnicos de Maserati Powertrain con este bloque, desarrollado íntegramente en las instalaciones de la marca, algo que no sucede con los motores de gasolina, que son de origen Ferrari.

Una de las grandes ventajas del bajo consumo de combustible es la posibilidad de hacer largos viajes sin necesidad de repostar, algo que ‘fastidia’ bastante a los propietarios de este tipo de vehículos, más que el precio del combustible o la cifra de consumo. Ahora, con el Maserati Quattroporte Diésel basta llenar el tanque de 70 litros para recorrer hasta 1.100 kilómetros de un tirón, aunque no hace falta apurar tanto, pueden tomarse un respiro cada dos horas para descansar.

Esta mecánica va asociada a una transmisión automática de ocho velocidades, sistema de tracción trasera y cuenta con una óptima distribución del peso entre los dos ejes para lograr un comportamiento lo más deportivo posible, además de un elaborado sistema de suspensión trasera de cinco brazos que mantiene el coche pegado al asfalto en cualquier situación, aportando un extra de comodidad a sus ocupantes.

En el interior del Quattroporte no faltan todos los elementos que son habituales para ‘mimar’ a quienes viajan en esta berlina, como la pantalla ‘Touch Control’, la cámara de visión trasera que ayuda en las maniobras de estacionamiento, o el sistema de audio Bower & Wilkins (opcional) que cuenta con un total de 15 altavoces para convertir el habitáculo en una sala de conciertos rodante.

Las modificaciones aportadas al diseño de la carrocería del Quattroporte no son sólo de carácter estético, pues han permitido mejorar en un 12% el coeficiente de resistencia aerodinámica (Cx), ahora de 0,31, y una enorme reducción del 24% de su carga aerodinámica. Estos valores reducen el consumo de carburante y aumentan la estabilidad a alta velocidad

Como las otras versiones de la gama, ha sido sometido a múltiples operaciones en la aerodinámica, la mayor parte de las cuales no son visibles porque se han realizado sobre su parte inferior. El fondo plano presenta numerosas características aerodinámicas que tienen como función optimizar las prestaciones reduciendo el coeficiente aerodinámico y garantizando una adecuada refrigeración de todos los sistemas (motor, frenos, trasmisión) a altas velocidades.

Fuente: Vida Premium
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