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Los errores colocan a Brown contra las cuerdas

Los laboristas sufren un vuelco en los sondeos, que los sitúan 7 puntos por debajo de los 'tories', que encabezan las encuestas por primera vez en quince años.

LOURDES GÓMEZ

La nefasta semana del primer ministro británico, Gordon Brown, se materializó ayer tras conocerse una colosal caída en su popularidad dentro del laborismo. Además, las viejas grietas que siempre han caracterizado a un partido que gobierna Reino Unido desde 1997 se han reabierto.

Tan negros han sido estos siete últimos días para el laborismo británico que, por primera vez en 15 años, los conservadores de David Cameron han pasado a encabezar las encuestas de intención de voto con siete puntos de distancia sobre los laboristas de Gordon Brown.

El sondeo de ICM para el dominical conservador The Sunday Telegraph coloca a los tories en cabeza con el 43% de los votos, seguida de los laboristas con 36% y los liberales demócratas con 14%.

Hace tan sólo diez días, el partido de Brown reinaba en todas las encuestas con ventajas de hasta once puntos sobre sus rivales.

El primer ministro se ve ahora contra las cuerdas por un problema que él mismo ha gestado. Los insistentes rumores y preparativos de unas elecciones anticipadas, finalmente descartadas el pasado día 7, se han convertido en la artillería pesada que los conservadores necesitaban para acorralar y desgastar a un Brown embriagado tras sus primeros cien días de éxito en Downing Street. Nadie sabe cómo levantará la cabeza.

Falto de ideas

Los tories marcan ahora la agenda y acusan al Gobierno de 'robar' sus iniciativas, principalmente, en el área fiscal. En el trasfondo del último sondeo de opinión está la denuncia de 'farsante' que Cameron lanzó el miércoles a Brown.

El veredicto de los consultados es claro: el primer ministro está falto de ideas.

Pero David Cameron no tiene la guerra ganada. El voto es una mercancía volátil que en el Reino Unido oscila de un partido a otro en pocas semanas. Y el electorado sigue viendo a Brown más capacitado para liderar el país que al joven Cameron. Así lo refleja el sondeo de ayer. Pese al revés sufrido por su popularidad, el líder laborista aventaja en 20 puntos a su rival en las preferencias de los británicos.

Otro problema de Brown está en su propia casa. Las críticas de los fieles a Blair han vuelto a aflorar. El ex ministro Charles Falconer denunció ayer que 'la experiencia y la habilidad para gestionar crisis' conducen a la 'zozobra, no al buen liderazgo' si no van acompañadas de una visión de futuro.

En su artículo, Lord Falconer toca los dos puntos fuertes de la Administración de Brown -la experiencia política y la resolución que tuvo ante los sucesos del verano- y advierte de que su reto debe ser presentar una visión de país que garantice el cuarto mandato laborista. El primer ministro ha pedido tiempo. Quizá hasta primavera.

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