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Mohamed VI sanciona un Gobierno de continuidad

Un íntimo del rey se sitúa como árbitro del Ejecutivo.

TRINIDAD DEIRÓS

Las penas del primer ministro marroquí, Abás el Fassi, para formar Gobierno llegaron ayer a su fin. Marruecos ya tiene un nuevo Ejecutivo. Tras más de tres semanas de gresca entre los partidos políticos de la coalición gubernamental, ávidos de conseguir más ministerios y prebendas, el rey Mohamed VI sancionó ayer el Gabinete del conservador Abás el Fassi.

Pero el nuevo Gobierno sólo tiene de nuevo algunas caras y nombres propios. La coalición que gobernará Marruecos los próximos cinco años es una reedición de la que ya lo hizo la pasada legislatura. Excepto por un pequeño detalle, que no es otro que el abandono de uno de sus socios de la anterior legislatura: el berberista Movimiento Popular (MP).

La deserción de este partido dejaba a la coalición de El Fassi sin mayoría en la Cámara Baja del Parlamento y en una posición inviable con tan sólo 146 escaños de un total de 325.

Pero no por nada El Fassi, secretario general del partido Istiqlal, encarna en Marruecos el eterno más de lo mismo del régimen. Sus reiteradas declaraciones de fidelidad al rey, a la Monarquía y a la democracia marroquí han surtido efecto .

Este veterano político de 63 años ha encontrado los escaños que le hacían falta para sacar adelante su Gobierno.

Tras la deserción del MP, el domingo se dio a conocer la creación de un nuevo grupo parlamentario formado por unos veinte diputados -su número aún no se ha confirmado- de varios pequeños partidos, que apoyará al Ejecutivo. La persona en torno a la cual se ha producido este oportuno alumbramiento no es precisamente un desconocido para los marroquíes. Se trata de Fuad Ali El Himma, el ex ministro delegado del Interior.


Apoyo clave

El Himma, ex compañero de colegio e íntimo amigo del rey, dimitió de su cargo en agosto para presentarse a las elecciones. Esta dimisión por sorpresa disparó las cábalas sobre la posibilidad de que fuera el elegido del soberano para ocupar el puesto de primer ministro tras las elecciones del 7 de septiembre.

No fue así, aunque quizás estos pronósticos no andaban tan desencaminados. Ahora, el apoyo de su grupo parlamentario será clave para un Gobierno cuyos poderes son de por sí muy limitados.

Lejos de aumentar, estos escasos poderes podrían verse aun más reducidos si Fuad Ali El Himma se impone como árbitro del Gobierno.

1. Un poder en aumento
El rey ha nombrado a diez de los 33 ministros, los de más peso político como, por ejemplo, el del Interior. En 2002 eligió a siete ministros; ahora se ha atribuido otros tres nombramientos.

2. Una coalición reeditada

Junto al conservador Istiqlal, gobernarán la Unión socialista de Fuerzas Populares, la Agrupación Nacional de Independientes y el Partido del Progreso y del Socialismo (ex comunistas).

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