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Indignación en Londres por el caso de la profesora de Sudán

Crisis diplomática entre Londres y Jartum desde que las autoridades sudanesas acusaran formalmente a una profesora inglesa de injuriar al Islam.

LOURDES GOMEZ

Una crisis diplomática se abrió ayer entre Londres y Jartum cuando las autoridades sudanesas acusaron formalmente a una profesora inglesa de injuriar al Islam.

Gillian Gibbons, de 54 años, fue detenida el domingo por permitir que sus alumnos de primaria, de seis y siete años, llamaran Mohamed (Mahoma) a un osito de peluche que estaba utilizando en el aula.

Gibbons pasará hoy por el juzgado acusada de insultar al islam, incitar el odio y menospreciar las creencias religiosas. Los cargos se castigan en Sudán con 40 latigazos, un año en prisión o una multa. La posibilidad de que una mujer profesora inglesa reciba tan desmesurada pena enfurece a la sociedad británica.

Inocente error cultural 

Directores y maestros del Unity High School reconocen la gravedad del incidente aunque resaltan que se trata de un inocente error cultural.

Gibbons apenas llevaba tres meses impartiendo clases en Jartum cuando decidió que sus alumnos eligieran un nombre para el osito.

La mayoría seleccionó Mohamed, el nombre más común en países musulmanes. Ayer, el Foreign Office convocó al embajador de Sudán en Londres para exigir una explicación de los cargos.

El Consejo Musulmán del Reino Unido pidió ayer la 'intervención' del presidente sudanés Omar al-Bashir para liberar a Gibbons: 'Es una decisión vergonzosa, en contra del sentido común. Está claro que la profesora no tenía ninguna intención deliberada de insultarla fe islámica'.

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